Si a muchos de nosotros nos preguntaran cuándo fue la última gran sequía que ha sufrido España, seguramente no sabríamos ponerle fecha. Posiblemente, diríamos el año anterior o durante la última década. Reconozco que he tenido que buscar en Internet para comprobarlo y data de 2017, cuando después de una primavera y un verano secos, llegó un otoño en el que no se dieron las precipitaciones correspondientes. Pero antes de eso habíamos vivido otros periodos de sequía que para muchos, por edad o por el paso del tiempo, han quedado en el olvido, como las sequías de las décadas de los 80 (1982-84) y los 90 (1992-1995).