El cambio climático es un fenómeno innegable cuyos efectos se intensifican con el tiempo, y la necesidad de tomar medidas urgentes es cada vez más apremiante. Un informe conjunto de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Servicio de Cambio Climático Copernicus revela que en 2023, Europa se enfrentó a niveles récord de perturbaciones y sufrimiento debido al cambio climático. Este año estuvo marcado por inundaciones generalizadas y severas olas de calor, que se están convirtiendo en la nueva normalidad a la que los países deben adaptarse prioritariamente.
Los expertos a cargo del estudio señalan que esto condujo a un aumento sin precedentes en el número de días con "estrés térmico extremo" en toda Europa, una tendencia en constante crecimiento en el continente. Desde junio hasta septiembre, se experimentó un "verano prolongado" caracterizado por olas de calor, incendios forestales, sequías e inundaciones.
Aunque aún no se disponen de cifras precisas sobre las muertes relacionadas con el calor para 2023, estimaciones anteriores indican que entre 55.000 y 72.000 personas murieron debido a olas de calor en los años 2003, 2010 y 2022. Estas conclusiones reflejan el creciente impacto de las perturbaciones climáticas en Europa, un continente que se está calentando más rápidamente que cualquier otro.
"La crisis climática es el desafío más grande de nuestra generación", declaró Celeste Saulo, secretaria general de la OMM. "Si bien el costo de tomar medidas puede parecer elevado, el costo de la inacción es mucho mayor. Este informe subraya la urgencia de aprovechar la ciencia para encontrar soluciones en beneficio de toda la sociedad".
El estudio también revela una percepción generalizada de bajo riesgo entre la población y algunos profesionales de la salud en cuanto a los peligros del golpe de calor. Para abordar esta situación, se están implementando sistemas de alerta temprana diseñados para aumentar la conciencia sobre la inminencia de eventos climáticos extremos y fomentar la preparación.
Durante el año 2023, las temperaturas terrestres en Europa superaron la media durante 11 meses, incluido septiembre, que registró las temperaturas más altas jamás registradas. Además, las precipitaciones estuvieron un 7% por encima de la media, y los caudales de los ríos europeos alcanzaron niveles récord en diciembre, con un caudal excepcionalmente alto en casi una cuarta parte de la red fluvial.
El calentamiento del océano también fue motivo de preocupación, con temperaturas récord en toda Europa, lo que generó una "ola de calor marina" alarmante en junio en el Océano Atlántico, al oeste de Irlanda y alrededor del Reino Unido. Esta situación, clasificada como "extrema" e incluso "más allá de lo extremo", vio temperaturas de la superficie del mar hasta 5 grados centígrados por encima de la media.
En cuanto a la sostenibilidad y la resistencia al cambio climático, el informe destaca un aumento récord en la generación de electricidad a través de tecnologías renovables en Europa, impulsado en parte por una actividad tormentosa excepcional de octubre a diciembre que resultó en una producción eólica superior a la media. La generación de energía hidroeléctrica también estuvo por encima de la media en gran parte de Europa, relacionada con las precipitaciones y los caudales fluviales superiores a la media.
Sin embargo, la generación de energía solar fue inferior a la media en algunas regiones, mientras que en otras fue superior, lo que subraya la necesidad de adaptarse a las variaciones climáticas locales. Por último, la actualización de la OMM sobre el estado del clima confirmó la disminución de días de nieve en gran parte de Europa, especialmente en Europa central y los Alpes, lo que contribuyó a una pérdida significativa de hielo glaciar en esta región durante los años 2022 y 2023.