Incluso el acto de hacer y mirar fotografías de un momento nos aleja de él. En su libro “En el Enjambre”, Byung-Chul Han pone de ejemplo a los turistas japoneses visitando París. Cuando la ciudad no resulta lo que ellos imaginaban, sufren lo que se conoce como Síndrome de París: reacciones muy negativas, físicas y mentales al no encontrar la ciudad, romántica y perfecta, esperada. Y cuando esto sucede, continuar fotografiándola compulsivamente es un intento de volver a ese mundo ideal, guardando un instante inmortal como si fuera la verdadera experiencia. Se utilizan las imágenes de los instantes perfectos, no reales, y a menudo editados, como refugio de la realidad cuando esta no ofrece una gratificación inmediata. Si el mundo no gira en torno a mí, al menos guardaré los instantes en que así me sentía, y encontraré alivio. “Si he estado en París, mi vida no puede ser tan desafortunada” es una aproximación a este engaño. Tu felicidad no tiene nada que ver con París.
El esfuerzo de parar es un privilegio de la era del rendimiento, pero uno muy importante. Quedarte donde estás te permite apreciar cosas que antes no mirabas, por prisa. La lentitud nos permite acceder a la contemplación.
El medio digital nos acostumbra, más y más, a no pensar, hasta que el pensar resulta una tarea cansada, casi abrumadora. La información ya no es informativa, sino deformativa.
“El medio del espíritu es el silencio”, dice Chul-Han. Sin duda, la comunicación digital destruye el silencio. El autor ejemplifica esto recordando a Kafka, al que: “ya se le presenta la carta como un medio de comunicación inhumano”. Porque los besos escritos no llegan a su destino. Algo similar decía Marshall McLuhan con su famosa frase “el medio es el mensaje”.
Por todo ello, es necesaria la lentitud para alcanzar la contemplación. Aceptar la negatividad como parte de la vida, y no huir de ella. Aceptar la realidad y no dejarse engañar por los ríos de información que se vierten en nuestras pantallas. Proyectos populares como “Seek Discomfort” del canal de YouTube “YES Theory”, han predicado con el ejemplo de abrazar la negatividad y lo incómodo, y allá donde vayan hay personas con las que compartir su filosofía, que ya ha impactado en las vidas de millones de jóvenes por todo el mundo. Y, sin embargo, iniciativas como esta se basan en el medio digital para contrarrestar los efectos que este causa.
“El florecer lleva inscrito el marchitarse, y el resplandecer lleva inherente la negatividad del ensombrecer”- Byung-Chul Han.
“En el Enjambre” es un libro que argumenta concienzudamente que: la sociedad digital, la sociedad de la información, borra la negatividad. La transparencia del medio digital es solo una ilusión, que, de paso, convierte al “Big Data” en el Big Brother orwelliano. Existen muchos cambios en nuestra experiencia vital que se dan por hecho, a veces como males necesarios.
La sociedad de hoy no nos apunta con una pistola para explotarnos. Se explota cada uno a sí mismo. También explotas tu imagen, tu privacidad, y tu tiempo para convivir en el medio digital. Las explotas para no quedarte atrás en la sociedad, una abeja aislada del resto del enjambre. Tu presencia y disponibilidad total en la red genera la ilusión de mayor facilidad de comunicación con otros. Sin esa herramienta te quedas atrás, y, por tanto, tomas la decisión libre, pero forzada, de participar en la sociedad digital. Por mucho que sacrifiques, no te lo replantearás, pues parece una decisión tan obvia como beber o respirar. Esta es la libertad de explotarse a sí mismo.
“La escena privada es esa zona del espacio, del tiempo, en la que no soy una imagen, un objeto” - Roland Barthes.
A diferencia de la masa, el enjambre del siglo 21 no engendra ningún futuro. Los habitantes digitales no se congregan, les falta la intimidad de la congregación que producirá un nosotros. El enjambre tan rápido se forma, como se dispersa, formado por Hikikomoris individuales con cuyos egos juega el medio digital. En vez de una sociedad de amor al prójimo, esta es más bien una sociedad del rendimiento.
Hoy somos iconoclastas, vivimos según un imaginario colectivo. Hoy las imágenes no solo son copias, son modelos. Nos explotamos porque creemos que somos más bien un proyecto, que se optima. Ya no somos sujetos de un mundo objetivo dado, sino proyectos de mundos alternativos.
Si te ha gustado este breve resumen de los puntos más importantes del libro, recomiendo encarecidamente leerse “En el Enjambre” o cualquiera de los otros libros del filósofo Byung-Chul Han, porque trata aspectos similares de esta filosofía y no defrauda.
Referencias
Chul-Han, B. (2014). En el Enjambre. Barcelona: Herder.
McLuhan, M. (1964). The Medium is the message. In Understanding Media: The Extensions of Man (pp. 23–35, 63–7). New York: Signet.
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