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El Día Internacional del Aire Limpio, celebrado el pasado 7 de septiembre, con el tema “Aire saludable, planeta saludable”, hizo hincapié en la salud y contaminación atmosférica, sobre todo en lo que se refiere a la pandemia por Covid-19. De hecho, entre los retos mundiales medioambientales está un aire más limpio, especialmente, en las grandes ciudades. Precisamente, el Objetivo 11 de Desarrollo Sostenible para 2030 de Naciones Unidas se refiere a garantizar ciudades inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles. En este escenario, la UE se ha comprometido a reducir las emisiones de CO2 un 55 % para 2030 en comparación con 1990 y aumentar el peso de las energías renovables hasta el 40%.
Aire saludable, planeta saludable

Hay que tener en cuenta que más de la mitad de la población mundial vive en zonas urbanas y se espera que 75% trabaje, viva o se desplace a diario a zonas urbanizadas. Representan casi 80% del PIB mundial y son responsables de 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero.  Más aún, hasta 90% de la población vive en áreas de contaminación atmosférica que superan las directrices de la Organización Mundial de la Salud. A ello se añade que en esta pandemia las personas más débiles se han visto afectadas más gravemente.  La pandemia ha puesto en evidencia la mejora de la calidad del aire cuando se ha dejado de circular en el transporte fósil contaminante. Hay que tener en cuenta que 24% de las emisiones de carbono relacionadas con la energía proviene del transporte.

Plan de acción Polución Cero’

De manera que es necesario para reducir la mortalidad ligada a la polución -segunda causa en el mundo, siete millones de personas- debido al carbón para energía y petróleo para transporte.  Al respecto la Comisión Europea ha propuesto el ‘Plan de acción Polución Cero’, destinado a ajustar las normas de calidad del aire a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Trata de reducir para 2030 en un 55% las 400.000 muertes prematuras que se producen cada año en la UE, según la Agencia Europea de Medio Ambiente.

Así que los gobiernos se enfrentan al desafío de remodelar su mix energético.  La UE se ha comprometido a reducir las emisiones de CO2 un 55 % para 2030 en comparación con 1990 y aumentar el peso de las energías renovables hasta el 40%.  Sólo el Fondo de Recuperación Next Generation destinará al menos un tercio de 750.000 millones a objetivos sostenibles.  EEUU, China, Japón, Canadá e India también han fijado objetivos.  

Los resultados pueden ser prometedores

Ningún otro tema tiene tanta incidencia las próximas décadas. La Agencia Internacional de Energías Renovables estima que, para hacer posible la transición energética, la inversión acumulada en el sistema energético entre 2015 y 2050 tendrá que aumentar 30 % hasta alcanzar 120 billones de dólares (unos 3,4 billones/año).  La inversión en energías renovables y eficiencia energética absorbería el grueso en el ámbito de energía. A lo largo de este periodo, en el ámbito de energías renovables, eficiencia energética y la mejora de redes y flexibilidad energética, habría un saldo positivo neto de 11,6 millones de empleos para 2050.

Los resultados pueden ser prometedores. Se estima que en EEUU cada dólar invertido en control de la contaminación atmosférica desde 1970 ha generado 30 dólares a la economía.  Las herramientas para medición del aire ya forman parte de un mercado de test ambientales de 5.000 millones de dólares, que crece al 6%.   Se trata de fabricantes con altas barreras de entrada y altos niveles de ingresos por consumibles. Además se observa fuerte crecimiento de empresas que desarrollan filtros para motores y aplicaciones industriales para el control de la contaminación.

Economías de escala y costes competitivos

El caso es que el cambio tecnológico, aunque no tan rápido como en otros sectores, se está acelerando.  De hecho, la energía solar y eólica serán las principales fuentes del nuevo suministro de electricidad, favorecidas por la rápida disminución de costes.  Hay que tener en cuenta que en muchas partes del mundo la energía renovable está logrando economías de escala que las hace competitivas con los combustibles fósiles.  El coste de producir energía de origen eólico ha caído 45 % los últimos ocho años y el de solar un 80%.  Además el precio de almacenamiento de energía mediante baterías de litio ya había bajado cerca de un 90 % en diez años hasta 2019.

Nueva generación de semiconductores

También hay que tener en cuenta que, globalmente, el transporte supone 80% del consumo de petróleo y los fabricantes, con la presión regulatoria, tienen fuerte incentivo para desarrollar motores más eficientes, lo que beneficia a empresas especializadas en repuestos, tecnologías de automatización y redes inteligentes, incluyendo una nueva generación de semiconductores de potencia, de rápido crecimiento, con grandes barreras de entrada, márgenes estructuralmente mayores y baja competencia de Asia, cuyas ventas pueden alcanzar 55.000 millones de dólares para 2025.  De hecho la movilidad eléctrica es el segmento que más puede aprovechar los nuevos planes gubernamentales.  En algunos casos es más barato conducir un vehículo eléctrico que uno similar convencional y para 2030 la cuota de vehículos eléctricos puede ser 20%.

La inversión en transporte público de bajas emisiones, energías renovables y eficiencia en edificios comerciales puede disminuir los costes energéticos en las ciudades en 17.000 millones de dólares del mundo para 2050.  Incluso en las ciudades se están desarrollando semáforos inteligentes para medir la calidad del aire y datos de tráfico. 

“Edificios verdes”

Otro cambio que veremos en el futuro es el de los “edificios verdes”.  La energía consumida en residencias o comercios representa 40% del consumo mundial y la búsqueda de mayor eficiencia se ve impulsada por la explosión de necesidades de almacenamiento de datos, que puede multiplicarse por 50 para 2020 y requerir mejor refrigeración, diseño y microprocesadores más eficientes.  Al respecto el Pacto Verde Europeo reserva 53.000 millones al año para eficiencia energética y descarbonización y es previsible un aumento significativo de la demanda de renovación de edificios, que debe apoyar a las productoras de materiales de construcción y aislamiento, bombas de calor e iluminación LED, calefacción inteligente, ventilación y aire acondicionado, sistemas de gestión de energía y otras tecnologías y equipamientos relacionados con eficiencia energética e incluso el aislamiento.

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