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El 22 de mayo de 2020 siempre será recordado como el día internacional de la diversidad biológica que vivimos en una situación sin precedentes: el mundo entero en alerta por la propagación de una pandemia producida por el virus SARS-CoV-2 (Coronavirus).

La celebración de este día junto a la crisis mundial que nos acompaña, nos ha de hacer replantearnos la relación entre los humanos y la naturaleza, los riesgos asociados a nuestro nivel de desarrollo y cómo podemos afrontar los nuevos retos que se nos presentan.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades zoonóticas son un grupo de enfermedades infecciosas que se transmiten de forma natural de los animales a los seres humanos. Algunas enfermedades producidas por zoonosis, como la rabia, VIH, Ébola y Chikungunya, son más conocidas y llevan siglos entre nosotros. A día de hoy este tipo de enfermedades representan el 75% de las nuevas enfermedades infecciosas y causan millones de infecciones y muertes, con importantes repercusiones socioeconómicas. [1]

Todas estas enfermedades se originan en animales y hay cada vez más evidencia de que su propagación en parte se debe a la sobreexplotación de la naturaleza por parte de la humanidad. Así vemos cómo el cambio de uso de la tierra, incluyendo la deforestación y la modificación de las hábitats, se consideran responsables de casi la mitad de las zoonosis emergentes[2]. Por ejemplo, en el Amazonas se ha demostrado que hay una retroalimentación positiva entre la deforestación y la transmisión de Malaria[3].

Otra de las causas de la propagación de estas pandemias son los mercados de animales y la colección y el tráfico de especies[4]. Las investigaciones sugieren que la COVID-19 pudo haberse originado a partir de murciélagos vendidos vivos y sacrificados en los mercados chinos, aunque también se han encontrado similitudes entre el SARS-CoV-2 y los coronavirus transportados por los pangolines malayos (Manis javanica). Esta especie es uno de los animales con los que más se trafica en el mundo[5], ya que son altamente valorados en algunas comunidades asiáticas y africanas. El comercio transfronterizo (a menudo ilegal), además de ser un mecanismo importante para la propagación de las zoonosis, es una de las principales causas de la pérdida de biodiversidad junto con los cambios en el uso de la tierra, el cambio climático, la contaminación y las especies exóticas invasoras.

Por último, merece la pena destacar cómo la pérdida de diversidad biológica contribuye también de manera muy relevante a la propagación de las nuevas enfermedades infecciosas por la pérdida de especies depredadoras, los cambios genéticos producidos por el uso de pesticidas o la destrucción de hábitats.

Si queremos evitar riesgos y contener la propagación de nuevas enfermedades, tenemos que comprender mejor el vínculo entre la diversidad biológica y la regulación de nuestra salud y nuestro bienestar. La conservación y la protección de la biodiversidad es nuestro mejor aliado para evitar el desequilibrio natural y la aparición de nuevas pandemias.

El mes de mayo de 2020 también será recordado por el lanzamiento por parte de la Comisión Europea de la Estrategia de Biodiversidad 2030[6] para la recuperación de la biodiversidad en beneficio de las personas, el clima y el planeta. Esta estrategia, que forma parte de la estrategia europea de recuperación para la vuelta a la normalidad, se desarrolla a partir de cuatro objetivos principales:

  1. Establecer áreas protegidas para al menos el 30% de la tierra y 30% del mar de Europa
  2. Restaurar los ecosistemas degradados en tierra y mar en toda Europa mediante el impulso de la agricultura ecológica, la detención del declive de los polinizadores o la plantación de 3 mil millones de árboles para 2030, entre otros.
  3. Desbloquear 20.000 millones de euros anuales para la biodiversidad para integrar la valoración del capital natural y de la biodiversidad en las prácticas comerciales.
  4. Liderar mundialmente la crisis de la biodiversidad desde Europa.

Con estos objetivos se pretende orientar la agenda y acción de países y empresas durante los próximos años. Desde Forética seguiremos muy de cerca su desarrollo, apoyando y facilitando que las empresas avancen en sus compromisos con la protección de la diversidad biológica. En este sentido, desde el proyecto Responsables con la Biodiversidad hemos establecido una hoja de ruta que empresas y organizaciones de todos los sectores y tamaños pueden seguir para una incorporación efectiva de la naturaleza en su estrategia y gestión, convirtiéndose así en aliados que sumen a la construcción de un entorno natural saludable.

 

[1] UNEP. Zoonoses: Blurred Lines of Emergent Disease and Ecosystem Health.

[2] Loh EH, Zambrana-Torrelio C, Olival KJ, et al. Targeting Transmission Pathways for Emerging Zoonotic Disease Surveillance and Control.

[3] The Science Times. Deforestation Can Lead to Wider Malaria Transmissions, Says Scientists

[4] WWF. The loss of nature and rise of pandemics

[5] IUCN. Implementation of CITES Decisions 17.239 b) and 17.240 on Pangolins (Manis spp.)

[6] European Comission. EU Biodiversity Strategy 2030.

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