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No hay forma de escapar a ellos. Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible se han instalado en la comunicación corporativa, las instituciones financieras, universidades, etc. ¿Qué explica el entusiasmo por ellos?

Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible fueron lanzados por Naciones Unidas a raíz de los Objetivos de Desarrollo del Milenio con el fin de propugnar el desarrollo sostenible en el terreno económico, social y medioambiental. Estos principios reafirman los derechos humanos y la voluntad de erradicar la pobreza, el hambre y la desigualdad para finales de 2030.

Estos objetivos están orientados sobre todo a los gobiernos y al sector público. Es una buena noticia que hayan sido introducidos en la esfera pública y privada, así como entre los inversores. La conciencia ha crecido tras iniciativas como el Acuerdo de París contra el cambio climático y se necesitan grandes inversiones para lograr estos objetivos, así como una mayor implicación de los accionistas.

Ya son más de 200 los países que han adoptado los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Se trata de una oportunidad única para todos los países, no sólo los desarrollados, para canalizar más inversiones hacia los grandes retos sociales y medioambientales. La cuestión es por qué los inversores en deuda soberana no están más involucrados a la hora de tener en cuenta estos grandes retos, que también son desafíos económicos.

Después de todo, la deuda soberana sigue siendo una clase de activo principal para los inversores a largo plazo pero los índices de referencia todavía no tienen en cuenta en su totalidad estos objetivos. Para salvar este obstáculo, en Degroof Petercam AM empleamos nuestro propio ranking de sostenibilidad por países. Desde hace más de diez años, la sostenibilidad ha formado parte de nuestras estrategias de renta fija de países de la OCDE y mercados emergentes.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible tienen dos dimensiones: por un lado, actúan como un accionista responsable en el ecosistema global y, por otro lado, canalizan el capital hacia soluciones innovadoras que contribuyen directamente a los objetivos de sostenibilidad. Sin embargo, estos principios sólo son una herramienta para el desarrollo sostenible si se emplean de manera adecuada y no sólo en el marco de la comunicación para beneficiarse de la buena imagen de la inversión responsable.

Las decisiones de inversión deben incluir si los productos o servicios que provee una empresa contribuyen directamente al desarrollo sostenible. Nos alegramos del entusiasmo y la aceptación que han recibido los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que fomentan una mayor transparencia y más visibilidad a los retos de sostenibilidad para todas las clases de activo pero hay que asegurarse de utilizarlos de manera inteligente y no convertirlos en una herramienta de marketing y ‘greenwashing’.

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