
En un contexto de aceleración digital sin precedentes, la inteligencia artificial se ha consolidado como una pieza clave en la agenda de negocio. Según detalla Corporate Excellence, organizadora del encuentro, la IA ya actúa como un vector que condiciona la competitividad, la toma de decisiones y la credibilidad pública de las empresas. Con este enfoque, la fundación reunió a directivos de grandes compañías para debatir sobre el reto reputacional que plantea una tecnología capaz de transformar la cultura corporativa en muy poco tiempo.
Uno de los hitos de la jornada fue la presentación de un eBook que, tal y como explicó la organización, sintetiza el contexto actual y explora cómo la reputación se convierte en un factor determinante para acceder —de manera segura y ética— al volumen de datos que exige la IA. El documento también alerta sobre los riesgos reputacionales derivados de un uso irresponsable o poco transparente.
María Luisa Martínez Gistau, directora de Comunicación y Relaciones Institucionales de CaixaBank y presidenta de Corporate Excellence, subrayó el “cambio estructural” que la inteligencia artificial supone para la gestión de los intangibles corporativos. Según señaló, esta tecnología permite optimizar la monitorización en tiempo real, anticipar crisis reputacionales y personalizar mensajes, pero también plantea desafíos como la desinformación, los deepfakes o la pérdida de autenticidad en la comunicación. “La IA nos da velocidad y escala, pero la confianza no se puede automatizar”, afirmó.
Desde Repsol, su director de Comunicación y Marca, Marcos Fraga, recordó que la compañía siempre ha tenido la innovación en su ADN, aunque insistió en que esta nueva etapa “no es solo tecnológica, sino cultural y ética”. Para él, la clave reside en utilizar la IA con principios y responsabilidad, no solo para mejorar la eficiencia, sino para reforzar los valores que sostienen la relación con la ciudadanía.
La conferencia inaugural, a cargo del experto en transformación digital Genís Roca, puso el acento en el impacto estructural de esta tecnología sobre la economía, el empleo y la competitividad. Señaló que la inteligencia artificial no representa una simple evolución, sino “una revolución inevitable” que exige a las empresas reforzar su trazabilidad, sus mecanismos de supervisión y sus compromisos de transparencia para evitar sesgos y garantizar equidad.
La mesa de debate moderada por Ángel Alloza, CEO de Corporate Excellence, reunió a representantes de compañías como BBVA, CaixaBank, Quirónsalud, Repsol, Santander y Telefónica. Los participantes coincidieron en que la IA abre oportunidades para mejorar la anticipación y la toma de decisiones, pero también aumenta la urgencia de contar con una gobernanza robusta, especialmente en un clima donde circulan miles de contenidos falsos y la confianza es un activo escaso.
Alloza insistió en la importancia de la reputación como precondición para acceder a los datos que alimentan la IA. “Las organizaciones que liderarán el futuro serán las que sepan combinar innovación tecnológica con una gestión sólida de los riesgos reputacionales”, afirmó.
Al cierre de la jornada, Corporate Excellence resumió los principales aprendizajes en siete claves para integrar la inteligencia artificial desde una perspectiva ética, estratégica y orientada a la construcción de confianza:
Con estas conclusiones, el encuentro dejó claro que la inteligencia artificial ya no es un asunto del futuro: es el presente que está redefiniendo cómo se construye la reputación corporativa en España.