Publicado el
En el Día de la Tierra, un nuevo informe de World Vision lanza una advertencia urgente sobre la confluencia devastadora entre el calentamiento global, la inseguridad alimentaria y la violencia en los territorios más frágiles del planeta.
Cambio climático, hambre y conflictos, la triple amenaza que asfixia a los más vulnerables

En los rincones más golpeados del mundo, donde la tierra se agrieta, el agua escasea y los cultivos se marchitan, no sólo se lucha contra los efectos del cambio climático. Se pelea, también, contra el hambre y la violencia. Y en el centro de esa tormenta perfecta, están los niños y niñas. Es la conclusión del último informe publicado por la ONG internacional World Vision, Triple amenaza: El cambio climático, los conflictos y el hambre ponen en peligro la vida de la infancia, difundido con motivo del Día Internacional de la Madre Tierra.

Lejos de tratarse de fenómenos aislados, el documento muestra cómo el cambio climático actúa como un multiplicador de amenazas en 12 países frágiles, como Afganistán, Somalia, Siria o regiones del Corredor Seco centroamericano. Las sequías prolongadas, las inundaciones repentinas y las olas de calor no sólo devastan ecosistemas: también tensan las relaciones comunitarias, debilitan la producción de alimentos y fuerzan migraciones que avivan viejos conflictos o siembran otros nuevos.

El 90% de las personas encuestadas en estos territorios considera que el clima es una amenaza seria para su supervivencia, y más del 80% percibe un vínculo directo entre los eventos climáticos extremos y el aumento del hambre. En países como Siria y Afganistán, la sequía y la escasez de agua ya no son episodios puntuales, sino parte del paisaje cotidiano. La falta de acceso al agua potable y a pastos suficientes ha intensificado la competencia por los recursos, generando mayores niveles de confrontación. De hecho, quienes reportaron dificultades para conseguir alimentos o agua fueron significativamente más propensos a haber presenciado conflictos en sus comunidades.

Lejos de revertirse, esta tendencia se profundiza. En 2023, los fenómenos meteorológicos extremos empujaron a más de 72 millones de personas hacia una situación de inseguridad alimentaria aguda. A medida que se intensifica el calentamiento global, se espera que esta cifra aumente, especialmente en contextos donde la violencia ya forma parte del entramado social. Tal como destaca el informe, la mayoría de los países menos preparados para adaptarse al cambio climático son, precisamente, los que están atravesados por conflictos armados.

El caso de Sudán ilustra con crudeza este escenario: la guerra ha dejado a 26 millones de personas —la mitad de su población— atrapadas en una situación de hambre, malnutrición y, en muchos casos, condiciones cercanas a la hambruna. El informe también alerta sobre los riesgos de una mala adaptación: en varios contextos, los esfuerzos improvisados de las comunidades por compartir recursos han terminado por generar más tensiones y enfrentamientos, una advertencia sobre la necesidad urgente de apoyo externo y planificación a largo plazo.

El desplazamiento forzado es otra cara visible de esta crisis. Casi el 60% de las personas entrevistadas afirma que el cambio climático está empujando a familias a abandonar sus hogares o a recibir a quienes lo han perdido todo, generando tensiones adicionales. En lugares como Somalia, donde el 97% de los encuestados ha presenciado situaciones de conflicto en el último año, el clima no sólo condiciona la vida cotidiana: determina si una comunidad puede o no seguir existiendo.

A pesar de este panorama, la respuesta internacional sigue siendo insuficiente. El informe denuncia que países gravemente afectados como Somalia apenas reciben el 1% de los fondos necesarios para la adaptación climática. "Los efectos combinados de la violencia, el cambio climático y el hambre se entrecruzan de forma alarmante, atrapando a la infancia vulnerable en un círculo vicioso", subraya Amanda Rives, directora de Gestión de Desastres de World Vision International. "Necesitamos una acción global urgente y coordinada para evitar que millones de personas más caigan en ciclos devastadores".

Este Día de la Tierra, World Vision recuerda que no estamos solo ante una emergencia ambiental, sino ante una tragedia humana de escala global. En palabras de Rives, “el cambio climático ha dejado a los niños y niñas más vulnerables frente a una situación desesperada. Proteger el planeta es, más que nunca, proteger la vida”.

¡Comparte este contenido en redes!

Este sitio utiliza cookies de terceros para medir y mejorar su experiencia.
Tu decides si las aceptas o rechazas:
Más información sobre Cookies