Los meses de diciembre y enero suelen ser un periodo crítico para la salud mental, marcado por el incremento de trastornos como la ansiedad y la depresión. Factores como el estrés de las celebraciones, el aislamiento social, la reducción de luz solar y las altas expectativas propias de estas fechas contribuyen a la aparición o agravamiento de estos problemas, especialmente en personas con predisposiciones genéticas o riesgos preexistentes.
Frente a este panorama, el bienestar psicosocial cobra cada vez mayor relevancia tanto a nivel individual como en entornos laborales, educativos y en políticas públicas. En este contexto, el equipo de psicólogos de Affor Health, consultora especializada en bienestar psicosocial en el entorno laboral, ha identificado las siguientes claves de cara a los próximos meses:
Principales desafíos de la salud mental en 2025
1. Aumento de trastornos psicológicos: La incertidumbre económica, el ritmo de vida acelerado y el impacto persistente de la pandemia de COVID-19 han incrementado los casos de estrés, ansiedad, depresión y ‘burnout’. Estas condiciones, lejos de reducirse, seguirán siendo un desafío clave durante 2025.
2. Choques generacionales: Las diferencias entre generaciones continúan afectando las dinámicas familiares y laborales. Mientras que los jóvenes enfrentan desafíos vinculados a la presión social y las redes digitales, las generaciones mayores lidian con el aislamiento, la jubilación y la pérdida de seres queridos.
3. La influencia mutua entre la vida personal y profesional: Los problemas personales, como la ansiedad o las dificultades en relaciones afectivas, a menudo afectan el desempeño laboral, y viceversa. Esta interacción subraya la necesidad de abordar la salud mental de manera integral, considerando los distintos entornos en los que nos desenvolvemos.
4. Dinámicas laborales que se trasladan a la sociedad: Las tensiones del entorno laboral, como la competencia y el estrés, se reflejan en otros ámbitos sociales, afectando a familias y comunidades. En este sentido, las empresas y organismos tienen un papel crucial para prevenir que estas dinámicas agraven el malestar social general.
5. Estrategias preventivas y autocuidado: Desde las empresas hasta los individuos, la prevención y el cuidado son esenciales. Las organizaciones deben adoptar herramientas de evaluación de riesgos psicosociales y ofrecer programas de apoyo emocional a sus empleados. Por su parte, las personas pueden fomentar su bienestar a través del deporte, actividades recreativas y fortaleciendo sus vínculos sociales.
6. Impacto de la actualidad global y local: Factores como eventos climáticos extremos, crisis económicas y la polarización política intensifican los riesgos para la salud mental. Estas circunstancias demandan un enfoque más inclusivo y adaptado a las necesidades específicas de cada comunidad.
Recomendaciones para un inicio de año saludable
De cara a 2025, los expertos sugieren establecer metas alcanzables, practicar la gratitud y aprender a fijar límites. Estas acciones pueden ayudar a reducir el estrés y contribuir a un mayor bienestar emocional. A medida que avanzamos hacia un nuevo año, cuidar de nuestra salud mental no solo será una prioridad personal, sino también un compromiso colectivo para construir una sociedad más resiliente y equilibrada.