Más de 181 millones de personas, equivalente al 29% de la población en América Latina y el Caribe, se encuentran inmersas en la pobreza, según las cifras recopiladas al cierre de 2022. De este grupo, 70 millones, constituyendo el 11.2%, viven en condiciones de pobreza extrema, revela el último informe de la Comisión Económica para la región.
Aunque se observa una disminución de más de un punto porcentual en comparación con el año anterior, situándose en niveles similares a los de 2019 antes de la pandemia de COVID-19, el estudio advierte que la reducción de la pobreza enfrentará obstáculos en el próximo año. Esto se debe a un pronóstico de crecimiento económico regional de apenas 1.7% en 2023, descendiendo aún más a 1.5% en 2024, muy por debajo del 3.8% alcanzado en 2022.
José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la CEPAL, destaca que, detrás de estas cifras, se encuentran historias de dolor e injusticia, especialmente entre las mujeres, la población indígena y quienes habitan en áreas rurales. La falta de empleo formal se revela como una de las principales causas de la pobreza, ya que la mitad de los 292 millones de empleados en la región tiene trabajos informales, con un 20% viviendo en condiciones de pobreza.
La inclusión laboral sigue siendo un desafío, ya que, en 2022, 54.2 millones de hogares (39% del total) dependían exclusivamente del empleo informal. El análisis destaca la disparidad de género en la participación laboral, con una tasa del 74.5% para hombres frente al 51.9% para mujeres.
La carga de trabajo de cuidados representa una barrera significativa para las mujeres, ya que la tasa de participación en hogares con niños es notablemente inferior. A pesar de que el trabajo doméstico es una de las principales fuentes de empleo para las mujeres en la región, el ingreso promedio es la mitad de lo percibido en otros trabajos.
En el ámbito de los ingresos, el informe resalta la desigualdad, señalando que el decil de ingresos más altos gana 21 veces más que el decil más bajo. En 2021, la riqueza acumulada por solo 105 personas representó casi el 9% del PIB regional. La CEPAL enfatiza la necesidad de pasar de la inserción laboral a la inclusión laboral como el eje del desarrollo social inclusivo en los países de la región.