Recientemente se dieron a conocer los resultados del estudio “Urban Heat Snapshot” elaborado por la consultora global de desarrollo sostenible Arup. Este documento está diseñado para ayudar a las ciudades a comprender cómo incide y varía el calor de un barrio a otro y qué se puede hacer para reducir las temperaturas.
Según este informe, el centro de Madrid tiene el foco de isla de calor urbano (ICU) más extremo de las seis principales ciudades del mundo, con temperaturas 8,5 °C más cálidas que en las zonas periféricas menos urbanizadas. Cabe aclarar que un foco de isla de calor urbano se refiere a una región dentro de un área urbana donde la temperatura es significativamente más alta que en las áreas circundantes debido a la acumulación de calor generado por actividades humanas y la infraestructura urbana. Esto suele ocurrir en las áreas densamente pobladas y construidas de una ciudad, donde los edificios, carreteras, pavimentos y otras superficies absorben, retienen y emiten calor.
Gracias a la inteligencia artificial y a las imágenes por satélite obtenidas desde el espacio, se han cartografiado los focos de calor más extremos en una muestra de 150 km2 de los centros urbanos de diversas ciudades: El Cairo, Londres, Los Ángeles, Madrid, Bombay y Nueva York. Así, Arup ha utilizado su herramienta de análisis digital UHeat para conocer las diferencias de temperatura del aire entre barrios en el día más caluroso de cada ciudad en 2022, registrando variaciones pico de hasta 8.5ºC más altas entre las zonas urbanas consolidadas y las menos urbanizadas en Madrid.
Según el estudio, en Bombay se observa una diferencia de 7ºC entre el interior urbano y el exterior, convirtiéndose así en la segunda ciudad con mayor efecto de isla de calor, mientras que en Nueva York y Londres se registran picos de hasta 4,5ºC más. Con este análisis, los autores del informe ponen de relieve el impacto del diseño urbano en el aumento del efecto de isla de calor en los núcleos urbanos, fuertemente afectado por factores como la proporción de áreas verdes y el tipo de materiales utilizados en la construcción de edificios y otras zonas urbanas.
UHeat se basa en un modelo climático avanzado de la Universidad de Reading (Reino Unido) que demuestra cómo las herramientas digitales avanzadas pueden llevar los modelos académicos a escenarios reales para encontrar las causas del efecto ICU. A partir de ahí, se pueden diseñar rápidamente soluciones que muestren cómo el desarrollo estratégico de la biodiversidad y otras medidas pueden ayudar a las ciudades a reducir el impacto de los focos de calor. El uso de materiales oscuros y poco porosos como el hormigón, el asfalto y el acero reemiten el calor absorbido, exacerbando el efecto ICU. En la mayoría de las ciudades estudiadas, las zonas más calurosas tenían menos de un 6 % de vegetación, comparado con el 70 % en las más frescas, frecuentemente en parques.
Los expertos a cargo de la investigación advierten que el efecto de la vegetación se percibe incluso en el corazón de las ciudades, donde se observaron grandes oscilaciones entre las temperaturas: en el centro urbano de Madrid, el calor era casi 8 °C más intenso que en la Casa de Campo, con un 72% de vegetación, situado a poca distancia. Esta diferencia demuestra que la presencia de grandes pulmones verdes en el corazón de las ciudades tiene un gran impacto en el efecto de isla de calor urbano. Ante el preocupante aumento de las temperaturas debido al cambio climático, los autores hacen un llamamiento a diseñadores urbanos, políticos y planificadores para que tomen conciencia de cómo un mejor diseño puede mitigar este impacto en las ciudades, en especial en las comunidades más vulnerables.
El estudio ICU resalta la urgencia de la situación, ya que se espera que el número de ciudades expuestas a temperaturas extremas de 35ºC o más se triplique para 2050. Estas temperaturas extremas ya presentan riesgos letales, según el Instituto Europeo de Salud, que estimó más de 61.000 muertes relacionadas con el calor en Europa en 2022. Por otra parte, es cada vez más evidente que los barrios más vulnerables también corren más riesgo de exposición al calor, debido a factores como la falta de árboles y espacios verdes, así como la falta de acceso a aire acondicionado fruto de la pobreza energética.
Una de las principales conclusiones que se desprenden del estudio es que el efecto de isla de calor urbano representa un problema principalmente durante la noche, cuando la energía térmica retenida por los materiales de construcción -como el cemento- durante el día se libera en la atmósfera. Las altas temperaturas nocturnas provocan en problemas de salud, incluyendo problemas para conciliar el sueño lo que incrementa el estrés, e impacta especialmente a niños y ancianos
Recomendaciones para las ciudades
El Urban Heat Snapshot de Arup está diseñado para ayudar a las ciudades a conocer cómo el efecto de isla de calor puede afectar a sus barrios y qué medidas pueden tomarse para reducir las temperaturas. Este método se basa en un modelo climático avanzado de la Universidad de Reading y demuestra cómo las herramientas digitales pueden llevar modelos académicos a escenarios de la vida real para encontrar las causas del efecto ICU. De este modo, basado en los resultados de este estudio, los autores del informe recomiendan que las ciudades se centren en: