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La evidencia es clara: ahora es el momento de actuar y, si bien no será fácil, si es posible. Según se desprende del último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), de aquí a 2030 podemos reducir las emisiones a la mitad. Los expertos afirman que los próximos años serán críticos y decisivos para el planeta.
Reducir a la mitad las emisiones hacia 2030, un desafío posible y necesario

Numerosas investigaciones continúan enviando el mismo mensaje: no hay más tiempo que perder. Detener el cambio climático depende de nosotros y lo que hagamos en los próximos 8 años será determinante. 2030 es la fecha fijada para alcanzar una serie de compromisos climáticos que, aunque parezcan lejanos, son alcanzables si redoblamos esfuerzos y compromisos. Así lo afirma el resumen para responsables de políticas del Grupo de Trabajo III del IPCC, Cambio climático 2022: mitigación del cambio climático, que fue aprobado el pasado 4 de abril y constituye la tercera entrega del Sexto Informe de Evaluación (IE6) del IPCC, que se completará este año.

En el informe del Grupo de Trabajo III se ofrece una evaluación global actualizada de los avances y compromisos en materia de mitigación del cambio climático, y se examinan las fuentes de las emisiones globales. Se explica la evolución de los esfuerzos de reducción de las emisiones y de mitigación, a la vez que se evalúa el impacto de los compromisos climáticos nacionales en relación con los objetivos de emisiones a largo plazo. Este documento introduce varios componentes nuevos en su último informe: uno es un nuevo capítulo sobre los aspectos sociales de la mitigación, en el que se explora el “lado de la demanda”, es decir, lo que impulsa el consumo y las emisiones de gases de efecto invernadero. Este capítulo es un complemento de los capítulos sectoriales del informe, que exploran el “lado de la oferta” del cambio climático, es decir, lo que produce las emisiones.

La investigación advierte que, en el período 2010-2019, las emisiones de gases de efecto invernadero medias anuales a escala global se situaron en los niveles más altos de la historia de la humanidad, pero el ritmo de aumento ha disminuido. Si no logramos fuertes reducciones de las emisiones de forma inmediata en todos los sectores, limitar el calentamiento global a 1,5 °C (2,7 °F) estará fuera de nuestro alcance. Sin embargo, hay cada vez más evidencias de la acción por el clima, según se desprende del último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).

Si bien el panorama es adverso, no todo está perdido. Los avances en materia medioambiental ya están dando sus frutos. La investigación afirma que desde 2010, se han observado disminuciones sostenidas de hasta el 85 % en los costos de la energía solar y eólica y de las baterías. A través de un conjunto de políticas y leyes cada vez más amplio, se ha mejorado la eficiencia energética, se han reducido las tasas de deforestación y se ha acelerado la utilización de las energías renovables. Al respecto, Hoesung Lee, Presidente del IPCC, expresó: “Estamos en una encrucijada. Las decisiones que adoptemos ahora pueden asegurar un futuro digno. Contamos con las herramientas y los conocimientos especializados necesarios para limitar el calentamiento. Me alientan las acciones climáticas adoptadas en muchos países. Hay políticas, reglamentaciones e instrumentos de mercado que están resultando eficaces y que, si se amplían y se aplican de una manera más generalizada y equitativa, pueden respaldar una fuerte reducción de las emisiones y fomentar la innovación".

El documento analiza las múltiples causas y efectos del cambio climático y concluye que existen alternativas, en todos los sectores, para reducir, al menos, a la mitad las emisiones en los próximos años. Depende de nosotros. En este punto, los expertos coinciden en que, para limitar el calentamiento global, se necesitarán transiciones importantes en el sector energético. Esto implicará reducir de forma contundente el uso de los combustibles fósiles, extender la electrificación, mejorar la eficiencia energética y utilizar combustibles alternativos (como el hidrógeno).

Desde todos los ámbitos es posible contribuir a la reducción de emisiones. En esta carrera hacia la des carbonización, las ciudades y otras zonas urbanas ofrecen importantes oportunidades. Esta reducción puede lograrse mediante un menor consumo de energía (por ejemplo, creando ciudades compactas y caminables), la electrificación del transporte en combinación con fuentes de energía de baja emisión, y una mayor absorción y almacenamiento de carbono a través de la naturaleza. Hay opciones para las ciudades nuevas, consolidadas y en rápido crecimiento.

Por su parte, la reducción de las emisiones en la industria implicará el uso de los materiales de manera más eficiente, la reutilización y el reciclaje de productos, y la reducción al mínimo de los residuos. En el caso de los materiales básicos, incluidos el acero, los materiales de construcción y los productos químicos, los procesos de producción de bajas emisiones o de emisión cero de gases de efecto invernadero se encuentran en las etapas de pruebas o cercanas a la comercialización. Asimismo, el informe afirma que la agricultura, la silvicultura y otros usos de la tierra pueden reducir las emisiones a gran escala, así como eliminar y almacenar dióxido de carbono a gran escala. No obstante, la tierra no puede compensar la demora de las reducciones de las emisiones en otros sectores. Las opciones de respuesta pueden beneficiar a la biodiversidad, ayudarnos a adaptarnos al cambio climático y garantizar los medios de subsistencia y los suministros de alimento, agua y madera.

Los próximos años serán decisivos 

Los expertos del IPCC evalúan diferentes escenarios para limitar el calentamiento a aproximadamente 1,5 °C (2,7 °F). Según sus estimaciones es necesario que las emisiones de gases de efecto invernadero a escala global alcancen su punto máximo antes de 2025, a más tardar, y se reduzcan en un 43 % en 2030; por otra parte, también habría que reducir el metano en alrededor de un tercio. Aunque esto suceda, es casi inevitable que superemos temporalmente este umbral de temperatura, pero podríamos volver a situarnos por debajo de él a finales de siglo.

Siguiendo los datos obtenidos en la investigación, la temperatura global se estabilizará cuando las emisiones de dióxido de carbono alcancen el nivel cero neto. Para llegar a 1,5 °C (2,7 °F), debemos alcanzar las emisiones netas de dióxido de carbono iguales a cero a nivel mundial a principios de la década de 2050; para 2 °C (3,6 °F), a principios de la década de 2070. En este informe de evaluación se señala que, para limitar el calentamiento a 2 °C (3,6 °F), será necesario que las emisiones de gases de efecto invernadero a escala global alcancen su nivel máximo en 2025, a más tardar, y que se reduzcan en un cuarto antes de 2030.  Finalmente, el informe va más allá de las tecnologías y demuestra que, si bien los flujos financieros son entre tres y seis veces inferiores a los niveles necesarios en 2030 para limitar el calentamiento a menos de 2 °C (3,6 °F), hay suficiente capital y liquidez a nivel global para subsanar el déficit de inversión. No obstante, esto depende de una clara señal de los gobiernos y la comunidad internacional que incluya una mayor armonización de las políticas y las finanzas del sector público.

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