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El Grupo de Acción de Salud y Sostenibilidad de Forética constituye un punto de encuentro empresarial para el liderazgo, conocimiento y diálogo con el objetivo de poner en valor la salud y el bienestar como un eje fundamental de la sostenibilidad de las empresas. Como parte de sus iniciativas han publicado el informe “Salud y Bienestar 2030. Integración en la estrategia empresarial”, que pretende ser una hoja de ruta para la incorporación del ODS 3 de Salud y Bienestar en la estrategia de las compañías. El documento desarrolla las claves para entender el vínculo entre salud y desarrollo sostenible, al tiempo que profundiza en el impacto que tiene el cambio climático sobre la salud y realiza una seria de recomendaciones para construir una agenda corporativa de estos temas.
El desarrollo sostenible es también una cuestión de salud

Si hay algo que la pandemia ha puesto en el centro es la salud. Indudablemente, el cimbronazo que significó a nivel global la llegada del coronavirus ha ordenado en alguna medida las prioridades de la sociedad. El impacto de la pandemia provocada por la COVID-19 ha situado la agenda social en el centro del debate en torno a la sostenibilidad. La actual crisis económica, social y sanitaria requiere de respuestas ambiciosas y urgentes por parte de todos los actores donde los aspectos Ambientales, Sociales y de Buen Gobierno (ESG, por sus siglas en inglés) sean la guía para lograr una salida de la crisis inclusiva y sostenible y poder alcanzar una reconstrucción mejor.

En este escenario, la salud y el bienestar se ubican hoy como dos pilares fundamentales del desarrollo sostenible. Durante la segunda edición (2020-2021), el grupo de Acción de Salud y Sostenibilidad de Forética ha centrado su trabajo en profundizar a cerca del vínculo entre cambio climático y salud y el papel de las empresas ante esta realidad, teniendo en cuenta las implicaciones de la crisis de la COVID-19.

Con el afán de aportar elementos para reflexionar en torno a la cuestión de la salud y la sostenibilidad han confeccionado el informe “Salud y Bienestar 2030. Integración en la estrategia empresarial”, que pretende ser una hoja de ruta para la integración del ODS 3 de Salud y Bienestar en la estrategia de las compañías.  El documento sostiene que ante este nuevo contexto post- pandémico , y desde el punto de vista empresarial, las compañías tendrán que dar una respuesta eficaz tanto a retos del entorno, como a los propios de su lugar de trabajo ya que las implicaciones de la pandemia no solo se limitan a los daños de la
propia enfermedad. Las empresas han tenido que adaptarse para garantizar la salud y seguridad de sus empleados, sus clientes y de las personas implicadas en su cadena de valor.

Cabe mencionar que, de acuerdo a la investigación publicada, antes de la COVID-19, ningún tema vinculado a salud se encontraba en el top 5 de prioridades para los responsables de Sostenibilidad y RSC de las empresas encuestadas, siendo el tema más prioritario la gestión del entorno legal y regulatorio. Por el contrario, tras el inicio de la pandemia, estas prioridades han cambiado y tres de los cinco temas más prioritarios están vinculados con la salud, siendo estos: Salud y Seguridad de los empleados, Salud y Seguridad de los clientes y Seguridad y Salud en la cadena de suministro.

E + S + G = SALUD

La investigación advierte que no es posible alcanzar el desarrollo sostenible sin salud y la salud está atravesada fuertemente por el impacto medioambiental. Es por esto, que se afirma que transformar los pilares de nuestra sociedad resulta esencial para que los ODS no sean solamente buenas intenciones. Así, en este camino de transformación profunda surgen algunos paradigmas basados en conseguir la mejor salud física y mental de la población a través de la prevención de enfermedades para construir un sistema de salud firme que, además, asegure estilos de vida saludables. 

El informe publicado por Forética indaga a cerca de cuáles son los principales riesgos derivados de la crisis climática en la cual estamos inmersos. Estos son: el estrés respiratorio por la mala calidad del aire; el grave impacto de las olas de calor y otros fenómenos climáticos extremos; la aparición de enfermedades zoonóticas y los impactos en la salud mental que en el contexto actual ha cobrado mayor protagonismo. En este escenario, es que el documento sostiene que las empresas juegan un papel fundamental y ya están en marcha comprometiéndose a reducir drásticamente sus emisiones directas e indirectas de gases de efecto invernadero, contribuyendo a crear un ecosistema cada vez más saludable y por ende garantizar el desarrollo sostenibl. El informe afirma de este modo que la conservación y protección de la biodiversidad es el mejor aliado para ayudar a mejorar y proteger la salud, evitando el desequilibrio natural y la aparición de nuevas pandemias.

Finalmente, una vez establecido el vínculo salud y cambio climático el informe aborda de qué manera se debe dar respuesta a esta problemática desde el ecosistema empresarial teniendo siempre en cuenta la colaboración con stakeholders. Al respecto, el documento afirma que, aumentar la ambición a través de acciones empresariales coordinadas será la clave para conseguir acuerdos concretos que logren el doble impacto esperado: frenar el cambio climático y mejorar la salud de las personas.El análisis concluye que todas las empresas pueden emprender acciones que contribuyan a la resiliencia climática al mismo tiempo que benefician a la salud de las personas. Para esto sugiere seguir la “fuerza de las 4Cs”:

  1. COMPROMISO: Cada vez más empresas están estableciendo compromisos ambiciosos de reducción de emisiones, en muchos casos, con el objetivo de alcanzar la neutralidad climática o las cero emisiones netas. Contar con un compromiso público y con un plan de acción serán palancas fundamentales para impulsar los cambios necesarios para reducir los impactos negativos sobre el medio ambiente y contribuir a revertir los efectos perjudiciales del cambio climático sobre la salud de las personas. Para ello, las empresas líderes en esta materia integrarán estos compromisos de manera transversal.
  2. CONTRIBUCIÓN: Las empresas no solo tienen el compromiso de mitigar los efectos nocivos del cambio climático sobre la salud sino también de apoyar a la sociedad a adaptarse y crear sistema de salud más resilientes a este fenómeno. Para garantizar el éxito de estas medidas será fundamental contar con un sistema de seguimiento y control de los avances logrados que permita a la empresa conocer su grado de cumplimiento y reformular aquellos objetivos que sean necesarios.
  3. COLABORACIÓN: Contar con aliados permitirá a las empresas lograr mejores resultados en su desempeño a la hora de abordar el binomio cambio climático y salud. Asimismo, la colaboración con otras empresas del sector o con la administración pública permitirá aunar esfuerzos y desarrollar soluciones colaborativas con un mayor impacto.
  4. CONOCIMIENTO: Conocer las tendencias internacionales y nacionales y las nuevas demandas legislativas es el primer paso para integrar la salud como elemento clave de la estrategia de lucha contra el cambio climático de la empresa. Basarse en los datos de la ciencia para marcar objetivos de reducción emisiones será clave para llevar a cabo esta transformación, en línea con el planeta y apostando por una transición sostenible. Asimismo, es fundamental el fomento de la sensibilización y la concienciación entre los empleados sobre el impacto del cambio climático en la salud.

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