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Es imposible ignorar la importancia de la salud mental: Una de cada cuatro personas en todo el mundo, el 25% de la población, enfrentará algún problema de salud mental a lo largo de su vida. Y si miramos a nuestro alrededor, es muy probable que ya conozcamos a alguien que está lidiando con uno de estos conflictos, o que incluso nosotros mismos podamos necesitar ayuda en algún momento.
La conciliación personal, el antídoto para combatir el burnout

Este es un tema que debemos abordar sin tapujos, especialmente en un entorno tan relevante como el trabajo, donde muchos de estas complicaciones pueden agravarse. Las bajas laborales relacionadas con la salud mental alcanzaron cifras récord en 2023, con más de 600.000 casos reportados y una duración media de 111 días. Estos datos no solo son alarmantes en cuanto al bienestar de los empleados, sino también para la sostenibilidad del sistema y la productividad de las empresas. Es urgente que las organizaciones pongan en marcha estrategias que promuevan un entorno de trabajo saludable, en el que se minimicen los factores que generan estrés y se favorezca el equilibrio entre la vida personal y laboral.

Uno de los problemas más comunes en el entorno laboral actual es el burnout, un síndrome de agotamiento extremo que afecta gravemente a la salud mental y física de los trabajadores. No surge de la nada: muchas veces es el resultado de una sobrecarga de tareas, la falta de flexibilidad en los horarios y una desconexión entre las necesidades personales y las exigencias laborales.

Tecnología al servicio del bienestar

Las personas necesitan espacios para descansar, pasar tiempo con sus seres queridos y, en general, cuidar de su bienestar. Aquí es donde la tecnología juega un papel fundamental. Las herramientas de gestión de fuerza laboral, conocidas como Workforce Management (WFM), están diseñadas precisamente para mejorar la calidad de vida en el trabajo, planificando los horarios de forma más eficiente y permitiendo a los empleados tener mayor control sobre su tiempo.

Con estas herramientas, los trabajadores pueden consultar sus turnos, solicitar cambios, intercambiar guardias o pedir días libres desde sus propios dispositivos móviles, lo que les otorga una mayor flexibilidad y autonomía, fundamentales para reducir el estrés y promover su bienestar. Tener la posibilidad de gestionar su propio tiempo no solo mejora la conciliación, sino que también incrementa su motivación y compromiso con el trabajo.

Para las empresas, el impacto es igualmente positivo. Las herramientas WFM no solo optimizan la asignación de tareas, sino que también minimizan los errores de planificación, evitan la sobrecarga de trabajo y aseguran una mejor distribución de las cargas laborales entre los equipos. De esta forma, se mejora la eficiencia operativa y se reduce el absentismo y la rotación de personal, problemas frecuentes en entornos laborales con horarios rígidos o poco flexibles.

Además, estas tecnologías fomentan un ambiente de trabajo más humano, donde las necesidades individuales son tenidas en cuenta sin comprometer los objetivos empresariales. En última instancia, las soluciones WFM son un puente entre la productividad empresarial y el bienestar personal, demostrando que ambos objetivos pueden y deben coexistir en cualquier organización que aspire a conseguir los mejores resultados.

Escuchar para mejorar

Un trabajador afectado por burnout no puede rendir al máximo. Según un informe del ADP Research Institute, el 66% de los trabajadores en España experimenta estrés laboral al menos una vez por semana. Este nivel de estrés constante puede desencadenar problemas de salud, tanto físicos como mentales, lo que afecta la capacidad del empleado para desempeñarse eficazmente.

Por otro lado, cuando las empresas priorizan la calidad de vida de sus empleados, el impacto es palpable. Los equipos bien gestionados y con acceso a soluciones tecnológicas que simplifiquen su día a día presentan un incremento notable en la eficiencia y en la percepción de bienestar.

No podemos olvidar que, además de la tecnología, escuchar a los empleados es clave. Por ejemplo, realizar encuestas de satisfacción de manera regular permite a las empresas detectar problemas antes de que se conviertan en crisis: ofrecen información sobre las necesidades y percepciones de los empleados, y con esta retroalimentación, las empresas pueden ajustar sus políticas para crear un ambiente de trabajo más equilibrado.

Cuidar la salud mental de los empleados no solo es una responsabilidad para las empresas, sino también una inversión a futuro. Un trabajador feliz es, sin duda, un trabajador más productivo y comprometido. Priorizar la salud mental debe ser un pilar más de la cultura organizacional, ya que no solo mejora el bienestar de los empleados, sino que también impulsa el rendimiento, reduce el absentismo y asegura el éxito de la empresa a largo plazo.

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