La crisis de COVID-19 está transformando a todo el mundo, pero las mujeres y las niñas se ven afectadas de forma diferente y podrían enfrentarse a riesgos económicos, sanitarios y sociales desproporcionados. Para mitigar estos riesgos socioeconómicos diferenciados por género, Naciones Unidas desarrolló una guía con recomendaciones para que los Estados tengan en cuenta a la hora de formular respuestas de recuperación post COVID-19 que sean eficaces y no pierdan de vista las desigualdades de género.
Recomendaciones para integrar el género en las evaluaciones socio económicas post COVID-19

Ya son varios los informes elaborados por la ONU y otros organismos internacionales los que demuestran que la COVID-19 está afectando de manera más fuerte y perjudicial a las mujeres y niñas. Es por esto, que los gobiernos al momento de pensar sus paquetes de medidas post pandemia deben tenerlo especialmente en cuenta. Para colaborar con este propósito, el PNUD ha desarrollado una serie de recomendaciones para que se tengan en cuenta cuando se lleve a cabo una evaluación del impacto social y económico.

La lista de verificación puede aplicarse tanto a los escenarios de emergencia en curso como a los escenarios posteriores a la emergencia de COVID-19. En primer lugar, el documento explica que para la evaluación del impacto los equipos que lo hagan deben incluir lo siguiente:

  • El cumplimiento de esta guía como una responsabilidad fundamental del equipo de evaluación de impactos.
  • Equilibrio entre los géneros y un experto en evaluación del impacto socioeconómico y de género.
  • Un jefe de equipo que esté al menos familiarizado con la igualdad de género en la evaluación del impacto.

En segundo lugar, el alcance de las evaluaciones de impacto de la COVID-19 debería considerar:

  • Los impactos directos e indirectos de la crisis de COVID-19 en las condiciones de vida, medios de vida, autonomía y toma de decisiones para mujeres y niñas, hombres y niños, con un enfoque en las brechas de género bajo cada tema/sector.
  • Estrategias de los gobiernos nacionales y locales para responder a la pandemia.  
  • Oportunidades para abordar las brechas de género y aumentar el empoderamiento de la mujer en las políticas y medidas que se están elaborando para responder a la crisis y a la situación posterior a la crisis.

En relación a las preguntas clave para abordar en evaluaciones socioeconómicas, el informe sugiere tener en cuenta los siguientes puntos:

  • Sobre la base de los datos más recientes sobre la fuerza de trabajo, ¿qué sectores y qué tipos de trabajos están haciendo (por ejemplo, trabajo asalariado, autoempleo, de los trabajadores familiares contribuyentes no remunerados)? Esto incluye sectores como la salud, los viajes, turismo, transporte, entretenimiento, limpieza, servicios domésticos y de cuidado pagados, comida las industrias de servicios, la agricultura y el procesamiento de alimentos. ¿Cómo ha impactado COVID-19 estos sectores?
  • ¿cuál es el impacto en el mercado laboral a nivel nacional y local, desglosado por sexo? Esto debería considerar participación en la fuerza de trabajo, empleo/desempleo/subempleo, formal/ empleos informales, trabajo a tiempo parcial o completo, estacionalidad, ingresos (y control de los mismos) y protección social (atención sanitaria y pensiones). ¿Cómo se han quedado en casa y otros las medidas de distanciamiento social afectaban tanto al empleo como a los ingresos de hombres y mujeres?
  • ¿Cuál ha sido el efecto sobre la carga de los cuidados no remunerados en los hogares? ¿Cómo es que trabajo doméstico no remunerado distribuido entre los miembros de la familia? ¿Cómo es que cualquier cambio en la carga del cuidado no remunerado que afecta a la capacidad de las mujeres y los hombres para generar ingresos a través de un empleo remunerado?
  • ¿Cuál es el impacto sobre el sector de la atención de la salud y sus trabajadores (atención sanitaria, servicios sociales...)? cuidado de niños, trabajadores domésticos)? ¿Se está satisfaciendo el aumento de la demanda? ¿Hay medidas (cuando el distanciamiento social es incompatible con la disposición de ciertos servicios) que están poniendo en mayor riesgo a los proveedores y receptores de cuidados?
  • ¿Tienen las normas y los estereotipos sociales algún impacto en el acceso de las mujeres y los hombres al empleo, las oportunidades de subsistencia y otros recursos (por ejemplo, la tecnología) en el contexto de esta crisis?
  • ¿Cuáles son los impactos de COVID-19 en la seguridad (incluyendo la exposición a la violencia y explotación) de los trabajadores con mayores riesgos? Esto incluye a los migrantes, los trabajadores viviendo con sus empleadores, trabajadores sexuales, trabajadores sin hogar, vendedores ambulantes, y trabajadores de primera línea.
  • ¿Ha tomado el gobierno o el sector privado medidas para promover el bienestar de los trabajadores durante el confinamiento? ¿Estas estrategias abordan la violencia de género, el apoyo a la vida laboral el equilibrio y el cuidado familiar de los dependientes?
  • ¿Cuáles son las medidas gubernamentales de protección social (por ejemplo, atención de la salud, ingresos apoyo y acceso al trabajo) en respuesta a la crisis de COVID-19? ¿Son igualmente accesible para hombres y mujeres? ¿Consideran que las limitaciones específicas de las mujeres para mantener sus empleos e ingresos en el contexto de la crisis?

Finalmente, el documento destaca la importancia de incorporar un enfoque interseccional a la hora de hacer cualquier estudio de impacto, sin perder de vista a los sectores más vulnerables. En este sentido, la guía afirma que los grupos de discusión y los estudios de casos pueden ser instrumentos eficaces para evaluar el impacto en los grupos más vulnerables y efectos socioeconómicos de la crisis de COVID-19. Claramente al momento de realizar cualquier investigación de impacto a trave del uso de entrevistas o grupos de discusión es primordial mantener el distanciamiento social y todas las medias sanitarias pertinentes.

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