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Definir la figura de un líder es relativamente sencillo. Dótale de todas las habilidades de un superhéroe y ¡voilá!, ya lo tienes. Gestor impecable, estratega visionario, motivador nato, experto en datos, orador carismático y psicólogo experimentado. Pero la vida real nos demuestra que el verdadero líder no lleva capa.
Liderazgo creativo: caos y coraje

Lleva ojeras, una agenda apretada, un equipo con diferentes expectativas y una sonrisa perenne, porque recordemos que “la actitud lo es todo”.

Ser líder a tiempo completo es agotador. Eres observado, analizado y criticado, incluso cuando se supone que lo estás haciendo bien. No hay tregua. Se espera de ti aquello que es humanamente imposible: la perfección

Lo siento, pero no vivimos tiempos para líderes con superpoderes, sino para líderes valientes. Líderes que no controlan el caos, sino que se atreven a surfearlo.

Porque ser líder no es complicado, es complejo. A veces, demasiado complejo. Algo complicado se puede desmontar, estudiar y resolver siguiendo un manual.
Pero algo complejo implica personas, y todo lo que eso conlleva: emociones, necesidades, contradicciones, relaciones, historias personales, egos camuflados de humildad...

Y para eso no hay manual. Hay caos. Del bueno, pero caos. Y el único antídoto frente al caos no es el control. Es el coraje. El coraje de reconocer que no tienes todas las respuestas. El coraje de hacer preguntas incómodas. El coraje de probar algo sin garantías de que vaya a salir bien.

Y es curioso, porque gran parte del sufrimiento del líder real no viene del caos externo, sino del constante caos intento por ordenarlo todo antes de actuar. Y en la complejidad, eso es como intentar recoger confeti con pinzas.

En 2023, un estudio de McKinsey reveló que las organizaciones que fomentan la experimentación y la autonomía creativa en sus equipos son un 67% más rápidas en adaptarse a situaciones imprevistas. No porque sepan más. Sino porque se atreven antes. Ese es el ‘nuevo’ músculo del liderazgo, no acertar siempre, sino moverse antes de que todo esté claro.

El liderazgo complejo necesita de herramientas creativas que le ayuden a experimentar. Porque el caos y el coraje se nutren de la creatividad de un líder que no se achanta. Un líder que imagina y diseña futuros deseables y no deseables, para actuar con valentía ante lo inesperado.

Cualquier proyecto, cualquier equipo puede ser liderado en la incertidumbre. No se trata de predecir el futuro, sino de anticiparse a lo que está por venir, sea lo que sea.

Cuando en una reunión de ventas se habla de cómo atraer a un cliente, una única solución no es posible. Hay que diseñar diferentes escenarios futuros y para ello la creatividad es una habilidad en alza. Un gesto de coraje que cambia la forma de hacer las cosas. Un punto de partida imprescindible.

Son microdecisiones que cualquier líder puede aplicar mañana:

  1. Trabajar con hipótesis, no con certezas: Hacerse preguntas, explorar aquellas opciones que nadie considera que puedan ser opciones e implementar acciones que nos aproximen a aquello que deseamos.
  2. Autorizar el error útil: Hay errores que duelen y errores que enseñan. La creatividad solo vive donde se permite lo segundo.
    Aprender de los éxitos y los fracasos, eso es estrategia.
  3. Reconocer cuando algo es caótico en voz alta: No como queja, no como excusa, sino como invitación a repensar juntos.
    La vulnerabilidad bien usada no resta autoridad. La humaniza.

No se trata de crear ideas geniales todos los días. Se trata de mantener la capacidad de decir: “No sé cómo, pero lo descubriremos”.

El liderazgo real hoy no es cuestión de control férreo ni de discursos heroicos. Es una combinación poderosa de tres cosas:

  • Complejidad, porque el mundo no viene con instrucciones
  • Caos, porque no todas las personas caben en un gráfico de Gantt
  • Coraje, porque avanzar imperfectamente es mejor que planificar eternamente

Si lideras un equipo, una empresa o a ti mismo, esto te interesa.

No necesitamos que seas infalible.

Necesitamos que seas posible.

Humano. Imperfecto. Pero en movimiento.

Porque en el caos y la complejidad, el mayor riesgo no es equivocarse. Es quedarse quieto esperando claridad absoluta.

Y la claridad absoluta no existe. Así que remángate, activa la linterna de tu móvil y aprende a moverte entre el caos y el coraje, la luz y las tinieblas, utilizando aquello que te hace indiscutiblemente humano, tu creatividad.

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