Todas las personas queremos llegar a viejas sin envejecer, aunque con los años suelen llegar los primeros achaques, y antes o después la necesidad de ayuda para un número creciente de actividades. Todas podemos acabar necesitando ayuda hasta para lavarnos, controlar las necesidades o utilizar el servicio. En estos casos suele ser la familia la que se encarga del cuidado y casi siempre lo asume una mujer sin que medie ningún acuerdo explícito previo, por lo que los
cuidados siguen estando en manos de la comunidad y no del sistema formal de salud.