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La aprobación de la próxima Ley de Movilidad Sostenible marca un punto de inflexión para el tejido empresarial español. Lo que para algunos se presenta como un nuevo requisito normativo —la obligación de desarrollar Planes de Movilidad Sostenible para empresas de más de 500 empleados o 250 por turno— es, en realidad, la oportunidad de oro para alinear la estrategia de negocio con las cero emisiones.
La movilidad sostenible empieza en el parking

En esta transición, el vehículo eléctrico no es el futuro; es el presente. Sin embargo, su adopción masiva se enfrenta a una barrera psicológica y práctica: la "ansiedad de autonomía", que en el fondo es una "ansiedad de recarga".

Desde nuestra experiencia en ChargeGuru, hemos constatado que el 90% de las recargas se realizan en casa o en el trabajo. Y aquí es donde las empresas tienen un rol protagonista que va mucho más allá del compliance legal.

La infraestructura: de coste a activo de RRHH

La nueva ley exige a las corporaciones analizar los desplazamientos de sus plantillas y fomentar alternativas menos contaminantes. Una de las soluciones más demandadas es facilitar la movilidad eléctrica.

No obstante, instalar puntos de recarga no debe ser una acción reactiva. Requiere un plan estratégico de infraestructura de recarga, tanto en las instalaciones de la empresa, como en el domicilio del empleado.

El cargador como herramienta de retención de talento

En el competitivo mercado laboral actual, la "guerra por el talento" se libra tanto en el salario monetario como en el "salario emocional". Aquí es donde la movilidad sostenible impacta directamente en los Recursos Humanos.

Para un empleado que apuesta por el vehículo eléctrico, la posibilidad de cargar en la oficina o en su domicilio no es un lujo; es un beneficio tangible que soluciona una necesidad diaria. Elimina la fricción de tener que buscar puntos públicos y reduce drásticamente su coste de desplazamiento.

Este beneficio tiene un impacto medible en tres áreas clave:

  1. Aumento de la satisfacción (Índice NPS Empleado): Es una demostración visible y diaria del compromiso de la empresa con el bienestar del empleado y con el planeta. Es la materialización de los valores ESG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza) de los que tanto hablamos.
  2. Retención de Talento: Un empleado que disfruta de una recarga laboral y/o doméstica subvencionada o gratuita percibe un valor añadido que un competidor difícilmente puede igualar solo con salario. Se convierte en un factor de permanencia clave.
  3. Atracción y Employer Branding: Las nuevas generaciones, especialmente millennials y Generación Z, exigen coherencia a sus empresas. Una compañía que invierte activamente en descarbonizar la movilidad de su plantilla proyecta una imagen de marca empleadora moderna, responsable y alineada con el futuro. Ya no basta con tener fruta en la oficina; ahora se valora el compromiso real.

Liderar la transición, no solo cumplirla

La Ley de Movilidad Sostenible nos empuja a actuar. Pero las empresas que liderarán sus sectores no serán las que se limiten a rellenar el formulario de su Plan de Movilidad.

Las líderes serán aquellas que entiendan que facilitar la recarga cero emisiones a sus empleados es la forma más rápida de reducir su huella de carbono indirecta y, simultáneamente, convertirse en un imán para el talento.

La pregunta ya no es si las empresas deben instalar cargadores, sino cuándo van a diseñar un plan inteligente para hacerlo. El momento es ahora. La transición energética también se juega en el aparcamiento.

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Opiniónvehículo eléctrico

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