El informe “Transformando Europa: Cinco empresas impulsadas por el impacto que están cambiando las reglas del juego”, elaborado por Social Nest Foundation muestra el éxito de iniciativas como Too Good To Go, Qida, Climate Farmers o CoCircular, que han revolucionado sus respectivos sectores, alcanzando una notable estabilidad financiera mientras resuelven problemas acuciantes. Estas empresas, cuya razón de ser radica en abordar retos sociales o medioambientales, están demostrando que otro modelo de negocio es viable al priorizar la resolución de problemas críticos por encima de las ganancias inmediatas.
Uno de los factores fundamentales para su éxito ha sido la conexión profunda entre los valores de los fundadores y el propósito de sus empresas. Este alineamiento no solo les ha permitido superar momentos de incertidumbre, sino también generar confianza en inversores, clientes y comunidades. En un contexto donde las decisiones empresariales basadas en principios ganan relevancia, estas empresas encarnan una nueva generación de negocios resilientes y con propósito.
No es simplemente sobrevivir: el objetivo es prosperar. Y para ello, el enfoque en la sostenibilidad no solo mitiga riesgos, sino que también atrae a consumidores conscientes, generando una demanda consistente. La clave radica en la valentía para alinear valores, innovar con intención y convertir los desafíos globales en oportunidades.
Too Good To Go, uno de los casos analizados en el informe, alcanzó en 2023 la rentabilidad operativa y recaudó más de 100 millones de euros, gracias a un modelo innovador que conecta negocios y consumidores para reducir el desperdicio alimentario. Su red incluye más de 150.000 socios comerciales y 15 millones de usuarios en 15 países. Es un caso que subraya cómo la innovación sostenible puede ser también altamente rentable.
Por su parte, CoCircular se dedica a transformar desechos en recursos valiosos, logrando gestionar más de 1,6 millones de toneladas de residuos y recuperar el 89% de los mismos. Climate Farmers, en tanto, ha implementado prácticas de agricultura regenerativa en 21 países europeos, reduciendo hasta 2 toneladas de CO₂ por hectárea y aumentando la resiliencia de los cultivos frente a climas extremos.
Estos ejemplos demuestran que la sostenibilidad y la rentabilidad pueden y deben coexistir. Sin embargo, para que este ecosistema crezca, es fundamental fomentar una perspectiva multiactor y multisectorial que promueva la colaboración entre individuos, empresas y organizaciones.
Así pues, la construcción de comunidades sólidas debe entenderse no como una estrategia de marketing, sino como un mecanismo para generar conciencia colectiva y catalizar un cambio sistémico en la sociedad.
En definitiva, el futuro empresarial exige un compromiso genuino con el impacto. Esto implica adoptar una responsabilidad holística y proactiva que trascienda las métricas tradicionales. Anticiparse a los desafíos y responder de manera eficaz será esencial para alcanzar un crecimiento sostenible y generar un impacto duradero.
Es momento de liderar el cambio. Las empresas con propósito no solo son necesarias, sino que representan una ventaja competitiva que debe ser respaldada mediante mecanismos de financiamiento flexibles y catalizadores que impulsen su crecimiento y consolidación.
Los casos analizados confirman que sostenibilidad y rentabilidad no son fuerzas opuestas, sino complementarias. Debemos aspirar a un futuro donde este tipo de modelos de negocio no sean excepcionales, sino la norma. El cambio no solo es deseable: es inaplazable.