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El 70% del voluntariado a nivel mundial se realiza de manera informal, según una encuesta de TeamStage. Mientras tanto, en países como Brasil, el voluntariado formal sigue siendo incipiente, lo que plantea oportunidades y desafíos para empresas y comunidades. ¿Cómo convertir esta práctica en un pilar estratégico dentro de las organizaciones?
Voluntariado empresarial, clave para transformar comunidades y potenciar negocios este 2025

Según un estudio reciente realizado por TeamStage, cerca del 70% del trabajo voluntario que se realiza en el mundo es de carácter informal. Esto implica que la mayor parte de estas actividades no está mediada por organizaciones de la sociedad civil ni por programas estructurados, sino que surge de la participación espontánea de individuos en grupos religiosos, sociales o comunitarios. Además, la encuesta destaca que en los países no industrializados esta disparidad entre el voluntariado formal e informal es aún mayor, influida por las desigualdades sociales y económicas predominantes.

En Brasil, la situación refleja un contexto en el que el voluntariado formal está todavía en proceso de desarrollo. La Encuesta Nacional por Muestreo de Hogares (PNAD), realizada por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), reveló que solo el 4,2% de la población declara participar en actividades de voluntariado. Estos datos muestran dos realidades significativas: por un lado, la percepción limitada del voluntariado como una actividad vinculada exclusivamente a entidades organizadas; por otro, la falta de incorporación del voluntariado como parte integral de las estrategias corporativas.

Sin embargo, las organizaciones tienen el potencial de convertirse en agentes clave para fomentar una cultura del voluntariado en el país. En muchas regiones del mundo, esta práctica ha sido reconocida como un motor de desarrollo sostenible. En Estados Unidos, por ejemplo, las actividades voluntarias generan más de 200.000 millones de dólares en valor para las comunidades. Este impacto no solo contribuye a equilibrar la economía y atender a sectores marginados, sino que también se traduce en beneficios tangibles para las empresas. Además de promover el bienestar y el compromiso de los empleados, especialmente entre las generaciones más jóvenes que buscan un propósito en sus entornos laborales, el voluntariado representa una oportunidad para desarrollar habilidades y, al mismo tiempo, generar valor empresarial.

Estrategias para Incorporar el Voluntariado en las Empresas

1. Entender que el voluntariado trasciende la filantropía: Con la creciente relevancia del enfoque ESG (ambiental, social y de gobernanza), muchas organizaciones se concentran en la gestión ambiental, descuidando a menudo el componente social. Sin embargo, el voluntariado está estrechamente relacionado con la “S” de ESG, dado su impacto positivo en las comunidades cercanas. Este impacto puede y debe medirse, transformándose en un activo estratégico que movilice y comprometa a los empleados.

2. Mapear los perfiles de la audiencia interna: Cada empleado tiene intereses y aspiraciones únicas. En lugar de asumir que todos comparten el mismo compromiso con una causa específica, es fundamental establecer canales de comunicación que permitan a los trabajadores expresar sus intereses y experiencias en el ámbito del voluntariado. Este diálogo abierto facilita la creación de iniciativas alineadas con los valores individuales y corporativos.

3. Identificar y aplicar tecnologías adecuadas: En Brasil, el tercer sector ha sido un aliado esencial en la creación de tecnologías sociales que automatizan procesos y amplían el impacto en las comunidades. La implementación de estas herramientas tecnológicas permite materializar y escalar las iniciativas de voluntariado empresarial. No obstante, la tecnología debe ser un medio y no un fin, asegurando siempre un propósito claro que genere impacto y valor.

4. Contar con el apoyo de expertos: El voluntariado es una disciplina que combina experiencia y sensibilidad. Contar con el asesoramiento de especialistas permite articular mejor los programas con las necesidades reales de las comunidades, maximizando su impacto y alineándolo con los objetivos del negocio.

El voluntariado corporativo no es solo una herramienta de responsabilidad social; también es una vía para construir una cultura organizacional más comprometida y propósito. En un mundo donde la sostenibilidad y el impacto social son prioritarios, las empresas tienen la oportunidad de liderar esta transformación.

¿Está tu organización lista para asumir este desafío en 2025?

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OpiniónVoluntariadoequidad y solidaridad

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