En un mundo marcado por crecientes desigualdades, conflictos y crisis humanitarias, el voluntariado emerge como una poderosa herramienta de transformación social. Más allá de ser una actividad altruista, el voluntariado se convierte en un espacio donde personas de diferentes orígenes se unen para contribuir a sus comunidades y desarrollar habilidades clave que fomentan el cambio. Pero, ¿por qué el voluntariado tiene el potencial de transformar no solo la vida de quienes participan, sino también la estructura misma de nuestras sociedades?