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Esa famosa frase de Alexandre Dumas por la que se supone que siempre hay una mujer tras cualquier caso detectivesco y, por extensión, tras cualquier suceso imprevisto y / o no deseable, es algo que me encantaría que ocurriera en realidad. Porque ello supondría que la mujer tiene recursos suficientes como para poder influir en los acontecimientos hasta el punto de que los hombres se preocupen por ello.

En realidad no quiero que los hombres se preocupen, porque los considero compañeros de vida sin los cuales todo sería más pobre, triste y gris. Pero sí me gustaría que tuviesen cierta ocupación por la cuota de poder femenina en nuestra sociedad: sería una señal de que la mujer habría llegado a un nivel de igualdad de derechos respecto al hombre que, aún hoy, está lejos de alcanzarse. (Me consta que tenemos muchos hombres comprometidos en este aspecto, pero aún son demasiado pocos como para conseguir volcar la situación).

Sé que es un tema manido, pero últimamente me han llegado las siguientes noticias:

Las mujeres están por debajo de los hombres en todos los indicadores de desarrollo sostenible. Si echas un vistazo a los datos que ofrece puedes ver enseguida que para que los ODS se implanten de verdad deberíamos comenzar por dar más protagonismo a las mujeres en prácticamente todos los ámbitos de la vida. Todavía estamos así, en pleno siglo XXI…

La brecha móvil de género. La noticia se enfoca hacia la posibilidad de incrementar el PIB de países en vías de desarrollo si bajase la tasa de analfabetismo femenino (lo sabemos hace tiempo), pero en esta oportunidad se resalta que existen millones de mujeres analfabetas que por eso mismo no tienen acceso a teléfonos móviles e internet (lo que asegura mayores dificultades para aminorar la brecha).

Saneamiento urbano para un África próspera. Permíteme que resalte este párrafo: La falta de agua potable y saneamiento adecuado tiene efectos devastadores para la salud y el desarrollo de las personas. Mientras entre un 60 y un 70 por ciento de los residentes urbanos africanos residen en barrios que carecen de las infraestructuras necesarias para la correcta canalización del agua, las pérdidas de tiempo y de dinero de aquellos que deben recorrer largas distancias para adquirir agua son indiscutibles. ¿Quiénes son responsables de adquirir agua? Sí, las mujeres.

Sexo a cambio de agua. Se está comenzando a hablar de la "sextorsión", que - oh sorpresa - la ejercen algunos hombres y la sufren algunas mujeres. Casualmente las que tienen que proveer de agua su entorno familiar.

Puede que alguien se plantee que en España no sufrimos de tales calamidades. Cierto, afortunadamente esa etapa se superó hace tiempo. Pero eso no significa que aquí la mujer haya conseguido equiparar sus derechos a los que gozan nuestros compañeros masculinos. Te dejo aquí un enlace al INE para que puedas consultar los indicadores más relevantes sobre la situación de hombres y mujeres en materia de educación, empleo, salarios, salud, etc.  Todavía nos queda mucho trecho por recorrer.

Las mujeres también ponemos de nuestra parte para conseguir mayor visibilidad en esta sociedad. Por ejemplo, en las redes es fácil encontrar iniciativas como Mujeres con Ciencia, Mujeres Consejeras, Mujeres en Igualdad, y tantas otras que trabajan con el objetivo común de favorecer la presencia femenina en los ámbitos de decisión.

Personalmente hace tiempo que pongo mi granito de arena favoreciendo momentos de reflexión, como por ejemplo diferencias salariales y mujeres preteridas en este mismo medio.

Desde aquí hago un llamamiento a nuestros compañeros masculinos para que cooperen desde sus áreas de influencia en este sentido, cada vez más hombres y más mujeres uniendo fuerzas para conseguir una sociedad más justa.

Porque estoy convencida de que entre todos - y ahora utilizo el masculino genérico - somos capaces de remontar situaciones mejorables. Al fin y al cabo, estamos hablando de dignidad. Y, de acuerdo con Adela Cortina, dignidad es algo muy sencillo: humanizar. Tratando a hombre y mujeres como seres humanos nuestra sociedad será más digna, ¿quién no va a apuntarse a ese proyecto?

 

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