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"Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar y que ninguno es tan terrible para claudicar". Pablo Neruda
El día 8 de marzo miles y miles de mujeres se manifestarán en contra el machismo, la brecha salarial, el techo de cristal y las dobles jornadas. En 1975 se celebró en Islandia la primera huelga de estas características. El 90% de las mujeres se negó a trabajar, a cuidar de los niños y a dedicarse a las labores del hogar. En Reikiavik​ se manifestaron 25.000 mujeres, una cifra importante teniendo en cuenta que el país tenía entonces una población de 220.000 personas.

 A partir de ese momento la cultura islandesa comenzó un proceso de cambio que culminó con la primera mujer presidenta de un país europeo cinco años después.

Hace ya dos años que publicamos un artículo sobre la situación social de la mujer, y ahora parece que se dan las circunstancias apropiadas para poner en marcha una revolución semejante a la islandesa:  

  • las redes sociales están ayudando a concienciar a la ciudadanía, de forma que todo lo relacionado con las desventajas de la mujer en esta sociedad tiene más y más eco;
  • el INE ofrece estadísticas relevantes y  la Inspección de Trabajo pone de relieve las dificultades que tiene para descubrir las malas prácticas en materia igualdad de género;  
  • la justicia europea rechaza por sexista el cálculo de la duración del paro para empleos a tiempo parcial (porque la mayoría de estos puestos de trabajo están ocupados por mujeres);
  • la Generalitat Valenciana creará un distintivo para reconocer a las empresas que luchen contra la brecha salarial;
  • se publican documentos divulgativos realzando el papel social de la mujer, como mujeres de la ciencia;
  • el sector tecnológico  pone de relieve la falta de mujeres en este importante sector;
  • periodistas  reconocidos aportan su granito de arena al respecto;
  • escuelas de negocios divulgan información sobre las mejores empresas respecto a  presencia femenina en los órganos de decisión en las compañías españolas;
  • grandes empresas como IBM están hace tiempo implantando y divulgando buenas prácticas para favorecer el acceso de las mujeres a puestos directivos;

Estos y otros muchos ejemplos sirven para ilustrar que la sociedad está concienciándose de que es inaceptable preterir al 50% de la población, y que se está poniendo en marcha un movimiento imparable para que las mujeres obtengamos ya el papel que en justicia nos corresponde.

En el ámbito de la Responsabilidad Social de las empresas (RSE)  hay numerosas organizaciones que implantan programas de igualdad, contra el acoso, de conciliación, de apoyo a la mujer, etc., etc. , desde grandes empresas como Bankinter hasta pequeñas como Tarannà Viajes con Sentido.

Lo que aún no se ha implantado en las empresas - o al menos no ha llegado a divulgarse - son programas dirigidos a acompañar a las mujeres en su desarrollo psicológico: está muy bien que las organizaciones avancen en apoyar la causa de la mujer, pero la mujer también ha de ser corresponsable y copartícipe en este proceso de mejora.  

Así pues, se podría hacer una gran labor implantando programas de autoconocimiento, autocrecimiento, automotivación y similares que apoyaran a las empleadas en  los procesos de crecimiento personal y profesional en el seno de la empresa.

Dicho así suena muy complejo, pero en principio no tendría que ser necesario contar con los servicios de coaches profesionales y / o largos programas de desarrollo; bastaría poner al alcance de las empleadas pequeñas píldoras - adecuadamente diseñadas y planificadas - que favorecieran el autoanálisis para despertar así el interés por acceder a situaciones más equitativas en el seno de la empresa.  Porque, una vez más, todo lo bueno que ocurre en la empresa ayuda a mejorar la sociedad.

Puede ser un buen primer paso porque, en general, las mujeres podemos con casi todo y además damos un toque especial a muchos de los proyectos vitales en que nos involucramos, por lo que estos pequeños "toques" pueden ser realmente efectivos. A modo de ejemplo, aquí pongo una reflexión sobre las capacidades femeninas o cómo vivir las etapas vitales de forma armoniosa.

Seguro que contamos para ello con la aquiescencia de la mayoría de las mujeres y de muchísimos hombres; por nuestra parte hacemos propia aquella frase de Michael Maginn que decía: necesitamos a los demás para compartir nuestras ideas y alcanzar un objetivo común", esos objetivos que se pasearán a lo largo y ancho de nuestra geografía el día Internacional de la Mujer.

En este artículo se habla de:
OpiniónIgualdad

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