Si los políticos conocieran la Responsabilidad Social, que muchas empresas y otras organizaciones ya están aplicando, todos nos ahorraríamos muchos impactos negativos producidos por la toma inconsciente de decisiones.
Algunos políticos actúan con la mejor de sus intenciones, pero es que, si hicieran un análisis de los asuntos relevantes y un diálogo serio con los grupos de interés, como proponen las Normas AA1000, su labor se enfocaría en dar respuesta a los temas que verdaderamente afectan a la población y esto provocaría un tremendo ahorro de energía (tiempo y dinero) y lo que es más importante obtendrían una visión clara de lo que se espera de ellos.
Esta percepción clara les facilitaría su toma de decisiones y haría más sencilla la solución a problemas aparentemente complejos.
Es necesario que las decisiones, que van a afectar a miles de personas, se hagan valorando las consecuencias que las mismas pueden producir. Es cierto que es difícil prever todos los impactos que pueden acarrear las acciones políticas y más difícil aún que el impacto sea positivo para todos y a corto plazo.
Si tuvieran un Master en RSE, y dejaran apartados los intereses partidistas, se pondrían de acuerdo en buscar soluciones duraderas que fueran elementos de transformación real para la sostenibilidad del planeta y sus habitantes.
En un master de responsabilidad y sostenibilidad aprenderían acerca de la importancia de la medición del Impacto, y se darían cuenta de lo evidente. Esta nueva conciencia clara de los temas relevantes ayudaría mucho al entendimiento entre partidos y por tanto a una toma de decisiones más consensuada y duradera en el tiempo.
Mirar en profundidad lo que ocurre y que impacto puede aportar una u otra decisión, da una visión más holística y podrían darse soluciones locales que ayudaran también a resolver problemas globales.
La sociedad y el medioambiente necesitan con urgencia de gobernantes éticos y con una visión global de la sociedad y del planeta.
Un master en RSE les enseñaría la importancia de actuar correctamente y así, no tendrían miedo a la transparencia, ni se verían en la necesidad de dominar los medios, porque la comunicación de sus actuaciones sería bien recibida por sus grupos de interés.
Resulta difícil tomar decisiones acertadas y por eso los políticos deben valorar el impacto y aplicar principios de sostenibilidad si realmente quieren conseguir resultados positivos con sus actuaciones.
Si queremos avanzar en la dirección correcta, en este siglo XXI, donde todo se mueve a gran velocidad y la accesibilidad a la información es infinita, hace falta un buen bagaje de valores auténticos en los que apoyarse.
Por eso creo que tener conocimiento sobre los principios de ética y responsabilidad debería ser un master de obligado cumplimiento por todos aquellos que de una u otra forma influyen en la sociedad y toman decisiones que van a afectar a muchos ámbitos como es la educación, la justicia, la sostenibilidad del planeta, la medicina, el reparto de la riqueza, etc.
