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El cambio de modelo pasa por un cambio de mentalidad y eso es lo más difícil de conseguir, aunque no imposible. Este cambio de mentalidad tiene mucho que ver con el concepto de Obsolescencia Percibida: esta se produce cuando la maquinaria publicitaria saca todas sus armas para crear en el consumidor la necesidad de poseer el último modelo lanzado

La obsolescencia programada se define como una estrategia comercial en la cual la planificación de la vida útil de los bienes y servicios se hace consciente y deliberadamente limitada en el tiempo, de tal manera que pasados unos años, ese producto quede obsoleto, desfasado o inservible y obligue al cliente a su reposición.

Creo que a día de hoy, son pocos los consumidores que ignoran esta realidad. Quien más o quien menos, ya ha percibido en su día a día una situación en la que poco puedes hacer, cuando el sistema productivo está diseñado en este sentido. El capitalismo esta diseñado para mantener un círculo vicioso donde el engranaje que mueve toda la estructura es el consumo. Cuando este falla, toda la estructura se resiente y acaba derivando en crisis económicas de mayor o menor envergadura.

¿Es sostenible a largo plazo este sistema? Complicado parece porque hay una realidad que es inmutable, los recursos son limitados. 

Cual es la vía o el camino para solucionar una ecuación tan compleja, no lo se. Desde luego implica un replanteamiento total del sistema económico y me da a mí la sensación, de que ahora mismo es una tarea harto complicada.

Sin embargo, soy de los que piensan que los pequeños cambios son poderosos y un pequeño gesto, una modificación en nuestras pautas de consumo, por pequeña que sea, sería un buen comienzo y esa nueva forma de consumir, crear y colaborar ya está llegando.

La suma de Responsabilidad Social Individual más Responsabilidad Social Empresarial es un win-win para la sociedad y el medio ambiente.

Según afirmaba Benito Muros, presidente de la Fundación Energía e Innovación Sostenible, hace unos días en un artículo de La Vanguardia: “ ¿Es posible cambiar hacia un modelo económico donde los productos tengan una vida útil más larga sin que la economía se resienta?.....no solo es viable sino que además es necesario y ventajoso.”

Así lo creo, pero sin duda se trata de un planteamiento a largo plazo, porque el cambio de modelo pasa antes por un cambio de mentalidad y eso es lo más difícil de conseguir, aunque no imposible. Una parte de ese cambio de mentalidad tiene mucho que ver con el concepto de OBSOLESCENCIA PERCIBIDA que leí en un interesante artículo en BBVA:

Una variante de la obsolescencia programada es la obsolescencia percibida. Esta se produce cuando la maquinaria publicitaria saca todas sus armas para crear en el consumidor la necesidad de poseer el último modelo lanzado.

La esencia misma del capitalismo: comprar – tirar – comprar.

Donde creo que podemos empezar a generar un cambio de hábitos es sin duda en la educación de nuestros hijos. Solo de esa forma podemos empezar a sentar las bases de una educación donde los valores, el consumo consciente y responsable prime por encima de la competitividad como única vía de supervivencia en el mundo actual.

La propia crisis económica está contribuyendo a generar también un cambio de mentalidad y de prioridades, especialmente en la generación de los millenials ( bueno y quizá en alguna más!!!!) . Ante la presión de la situación actual (la inestabilidad económica, el desempleo, las pésimas condiciones laborales de muchos de los nuevos empleos) las formas de consumo y las prioridades personales están cambiando.

Para mi el ejemplo más claro es el estallido de la economía colaborativa. No ha sucedido porque si! Como bien dicen muchos autores, estamos pasando de la economía del consumo a la economía del uso y disfrute.

¿Que implicaciones a largo plazo tendrá sobre la economía este nuevo modelo? A priori difícil de valorar, pero lo que está claro es que va a generar una profunda transformación en nuestros hábitos y por supuesto obligará a modificar muchos modelos de negocio.

La libertad personal, el tiempo, la conciencia y sensibilidad social, todas ellas adquieren cada vez una mayor importancia, y están empezando a generar modelos de negocio alternativos. Son numerosas las startups, que apoyadas por aceleradoras, incubadoras y redes de inversores, están desarrollando modelos de negocio que parten de la base de una mayor conciencia social y/o preocupación por el medio ambiente y se están demostrando como negocios viables que han encontrado su nicho de mercado.

Para terminar, una reflexión: ¿Porque valores apostamos en nuestro modelo actual? La inteligencia, la perspicacia y la astucia o bien la bondad como una actitud vital?

 

 

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