
La infancia y la adolescencia viven hoy más conectadas que nunca. Según el informe Infancia, adolescencia y bienestar digital. Una aproximación desde la salud, la convivencia y la responsabilidad social, uno de cada diez niños y niñas en España reconoce haber sufrido ciberacoso, y uno de cada tres adolescentes admite haber experimentado algún tipo de violencia digital en la pareja.
El estudio —realizado por Red.es, UNICEF España, la Universidad de Santiago de Compostela y el Consejo General de Colegios de Ingeniería Informática— ofrece una radiografía precisa de la llamada “generación hiperconectada”. Basado en la consulta a casi 100.000 menores de todo el país, se trata de la investigación de mayor alcance realizada hasta la fecha a nivel mundial sobre el impacto de la tecnología en la infancia y la adolescencia.
El acceso a las redes y dispositivos propios comienza cada vez a edades más tempranas. A los 10 años, el 41% de los niños y niñas ya tiene móvil propio, cifra que asciende al 76% a los 12 y al 93% durante la Educación Secundaria Obligatoria. El uso intensivo de las redes sociales —más de cinco horas diarias— afecta a casi un 9% de los menores entre semana y a un 20% durante los fines de semana.
El informe advierte de que este consumo excesivo está directamente relacionado con mayores niveles de ansiedad, menor calidad de vida y mayor exposición a situaciones de acoso, chantaje o control en la pareja. “El mal uso de la tecnología provoca la pérdida de hábitos saludables, fatiga mental y presión por la imagen”, alertó Gustavo Suárez-Pertierra, presidente de UNICEF España, quien subrayó que la digitalización debe tratarse como “una cuestión de salud pública”.
Los datos muestran además una brecha de género: el uso problemático de las redes sociales afecta más a las chicas, especialmente en Bachillerato, etapa considerada la más vulnerable. La investigación también destaca el papel del entorno familiar. La falta de límites y el mal ejemplo de los adultos duplican las conductas de riesgo online. Por ejemplo, el consumo de pornografía y la aceptación de desconocidos en redes sociales aumenta cuando los progenitores usan el móvil durante las comidas.
Jesús Herrero, director general de Red.es, recordó el liderazgo de España en la defensa de los derechos digitales, al haber sido el primer país del mundo en aprobar una Carta de Derechos Digitales en 2021. Según señaló, este estudio “sirve para fundamentar políticas públicas que respondan a las necesidades reales de la ciudadanía, especialmente de los más jóvenes”.
Por su parte, el presidente del Consejo General de Colegios de Ingeniería Informática, Fernando Suárez, destacó la importancia del uso de tecnologías de big data e inteligencia artificial para garantizar el rigor del análisis y la accesibilidad de los datos, disponibles en la web oficial www.infanciadigital.es.
Aunque se han reducido algunos riesgos —como el descenso del sexting o del contacto con desconocidos—, la exposición a contenidos sexuales, la ansiedad y la violencia digital continúan siendo elevados. El 29,6% de los encuestados admite haber consumido pornografía, y la edad media de inicio se sitúa en los 11,5 años. Además, el 70% afirma que no habla de sexualidad en casa.
Más de la mitad de los menores consultados piden una mayor educación digital y emocional, así como acompañamiento adulto. “Las redes están diseñadas para enganchar”, reconocieron Ailin (17 años) y Pablo (13), del Grupo Asesor de UNICEF España, que reclaman tolerancia cero al ciberacoso y más participación infantil en la creación de contenidos digitales.
El estudio concluye que garantizar el bienestar digital de la infancia requiere una estrategia nacional específica que involucre a instituciones, familias, escuelas y al sector privado. Proteger los derechos de los menores en internet, regular el uso de móviles en centros educativos y equiparar la violencia digital con la física son pasos urgentes para construir un entorno tecnológico más seguro, saludable y equitativo. Según señala UNICEF España, “el bienestar digital no es solo una cuestión tecnológica, sino un componente esencial del desarrollo humano y social”.