Según detalla el balance climático difundido por AEMET, agosto fue “extremadamente cálido” en amplias zonas de la península, con anomalías especialmente notables en el noroeste, donde las temperaturas superaron en promedio entre 2,5 y 3,5 °C lo esperado.
La ola de calor que se prolongó del 3 al 18 de agosto dejó registros históricos: el 17, las temperaturas medias llegaron a situarse más de 6 °C por encima de lo normal. Entre los valores más altos destacan los 45,8 °C medidos en Jerez de la Frontera el día 17, seguidos por los 45,2 °C en Morón de la Frontera y 45,1 °C en Murcia.
Aunque el calor fue la tónica dominante, hubo breves descensos térmicos entre el 20 y el 22 y a finales de mes. En esos días, estaciones como Puerto de Navacerrada y Molina de Aragón llegaron a registrar mínimas cercanas a los 5 °C.
En lo que respecta a las precipitaciones, agosto también resultó inusual. La media peninsular fue de 14,4 mm, apenas el 66 % de lo normal, lo que lo convierte en el decimosexto agosto más seco desde 1961 y el séptimo del siglo XXI. El déficit fue especialmente marcado en el noroeste y en el centro peninsular.
En contraste, algunas zonas del litoral cantábrico y del nordeste peninsular vivieron episodios de lluvias intensas. El aeropuerto de Santander batió su récord histórico diario con 80,8 mm el día 20, mientras que Donostia/Igeldo acumuló 150,9 mm en el conjunto del mes.
Curiosamente, en Canarias se vivió la situación opuesta: fue el quinto agosto más húmedo desde que hay registros, un dato que resalta los contrastes climáticos del archipiélago respecto a la península.
Con estos datos, la AEMET advierte que la sucesión de veranos extremos confirma la tendencia de calentamiento acelerado que afecta al país. Las olas de calor prolongadas, las temperaturas récord y las alteraciones en el régimen de lluvias son ya una realidad que, según los expertos, se agravará si no se intensifican las políticas de mitigación y adaptación frente al cambio climático.