ESG: Impacto de los aranceles y el entorno político en la transformación sostenible empresarial
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En un contexto mundial marcado por tensiones económicas y climáticas, los aranceles aduaneros se están convirtiendo en una verdadera herramienta estratégica. Las empresas europeas que operan en Estados Unidos se enfrentan a una paradoja: necesitan intensificar sus esfuerzos de descarbonización en Europa, pero tienen pocos incentivos para hacer lo mismo en Estados Unidos.
Dimitri Karastelev
La reubicación de algunas actividades parece ser una solución coherente para mejorar la logística y reducir las emisiones. Sin embargo, trasladar las plantas de producción o alejarse de socios geopolíticamente distantes suele ser un proceso largo y costoso.
Las últimas publicaciones de resultados muestran efectos variados de las barreras arancelarias, que a menudo son difíciles de identificar y muy heterogéneas según el sector. La respuesta más común a corto plazo de las empresas es subir los precios para proteger los márgenes, lo que se traduce en una presión sobre el volumen. A largo plazo, la dinámica de deslocalización y la soberanía y competitividad industriales también afectarán a los sectores menos afectados al principio.
Factores impulsores:
Los episodios de altas temperaturas y el aumento de los costes climáticos en 2025 han intensificado la necesidad de invertir en infraestructuras y soluciones de adaptación.
Existen múltiples medidas relacionadas con la transición energética, derivadas de la falta de capacidad para hacer frente al rápido crecimiento de la demanda eléctrica en sectores como el industrial, la refrigeración, la movilidad eléctrica, los centros de datos y la inteligencia artificial.
El giro en la política energética de EE. UU. tiene un impacto limitado sobre las tendencias de fondo, que están impulsadas por China: en 2025, el 85 % del aumento de la demanda eléctrica proviene de China y de economías en desarrollo. La demanda mundial crece a un ritmo del 3,3 % anual, y un 90 % está cubierta por energía solar y eólica.
Se espera que los vehículos eléctricos e híbridos representen el 25 % de las ventas mundiales en 2025, con China liderando el mercado (55 % de la cuota).
Señales de advertencia:
Los efectos indirectos de ciertos aranceles podrían socavar los esfuerzos europeos de simplificación orientados a mejorar la competitividad y la soberanía industrial.
Por ejemplo, la asimetría entre los aranceles aplicados al aluminio primario y a la chatarra podría favorecer la exportación de esta última en detrimento de productos con mayor valor añadido, lo que pondría en riesgo el suministro europeo, el sector del reciclaje y la transición hacia una economía baja en carbono.
Más allá de los costes adicionales, como los sufridos por el sector del automóvil en el primer semestre de 2025, son principalmente los cambios en las prioridades políticas los que influyen en la demanda y en la emisión de activos en los mercados vinculados a la transición sostenible.
De hecho, la reducción de los flujos comerciales que persigue EE.UU. difícilmente reducirá las emisiones asociadas al transporte marítimo si se implementa la política de “drill baby drill” para revertir la actual combinación energética estadounidense.
Posicionamiento:
Si bien los aranceles, combinados con el cambio en las prioridades políticas, probablemente ralentizarán la transición hacia una economía baja en carbono en algunas regiones, no parecen ser suficientes por sí solos para obstaculizarla de forma más general frente a las fuerzas estructurales ya en marcha.
El verdadero reto para las empresas hoy no es tanto sobrevivir a las disrupciones económicas a corto plazo, sino saber navegar este entorno sin perder de vista las tendencias fundamentales que definirán su sostenibilidad en el futuro.
En cada sector, nos interesan aquellas empresas que consideran la resiliencia en el entorno económico actual como una oportunidad para integrar las necesidades de adaptación a largo plazo, necesarias e ineludibles, que transformarán su modelo de negocio.