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En plena transición ecológica y digital, las empresas se enfrentan a una decisión clave: incorporar la inteligencia artificial no solo como motor de innovación, sino como herramienta para construir un futuro más justo, inclusivo y sostenible. Así lo destaca el Pacto Mundial de Naciones Unidas España, que llama al sector empresarial a liderar el desarrollo de una IA ética, equitativa y alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)
IA sostenible: el nuevo desafío para las empresas responsables

Pacto Mundial de Naciones Unidas España lanza un llamamiento claro al tejido empresarial: adoptar una Inteligencia Artificial (IA) ética, equitativa y sostenible es clave para maximizar el impacto de las empresas en la Agenda 2030. No se trata solo de implementar tecnología de vanguardia, sino de hacerlo desde un compromiso real con los derechos humanos, el medioambiente, el trabajo digno y la lucha contra la corrupción.

Desde esta visión, la organización propone una serie de acciones concretas para que las empresas integren la IA como herramienta para acelerar su transición hacia modelos más sostenibles y resilientes. Porque, como destacan desde la iniciativa, “anticipar la evolución de la IA implica mirar hacia el futuro, no hacia el pasado”.

Claves para una IA sostenible

Las recomendaciones del Pacto Mundial de la ONU España se centran en seis líneas de acción estratégicas:

  1. Formación y ética digital: fomentar la alfabetización en IA en todos los niveles de la organización y desarrollar competencias para el uso responsable de la tecnología.
  2. Preparación para el cambio tecnológico: capacitar al personal ante un entorno que evoluciona a gran velocidad.
  3. Incorporar la IA en los informes ESG: para mejorar la trazabilidad de los datos y fortalecer la transparencia con los grupos de interés.
  4. Establecer alianzas intersectoriales: colaborar con centros de investigación, administraciones públicas y desarrolladores de IA que trabajen bajo criterios de sostenibilidad.
  5. Poner la equidad en el centro: garantizar que las soluciones tecnológicas reflejen la diversidad y no reproduzcan desigualdades.
  6. Innovar para el bien común: usar la IA para diseñar un futuro más justo e inclusivo desde una perspectiva ética.

Estas medidas no solo posicionan a las empresas frente a las nuevas regulaciones en materia de IA, sino que representan una verdadera ventana de oportunidad para transformar el modelo productivo desde dentro.

Una herramienta para avanzar en los ODS

Mientras Europa impulsa su doble transición —ecológica y digital—, la inteligencia artificial se perfila como una de las palancas clave para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Según datos citados por el Pacto Mundial, la IA puede contribuir directamente al cumplimiento de hasta el 79% de los ODS, con aplicaciones en sectores estratégicos como el agua, el empleo, el clima o la gobernanza.

Por ejemplo:

  • En el ODS 13 (Acción por el clima), permite mejorar la predicción de eventos extremos y optimizar el despliegue de renovables.
  • En el ODS 6 (Agua limpia y saneamiento), ayuda a detectar fugas o automatizar tratamientos.
  • En el ODS 16 (Paz, justicia e instituciones sólidas), potencia la transparencia y la detección de fraudes, aunque también plantea desafíos en vigilancia y privacidad.
  • En el ODS 8 (Trabajo decente y crecimiento económico), puede impulsar la productividad y generar empleo, aunque debe gestionarse el riesgo de automatización y exclusión laboral.

Además, informes como el de Google apuntan que la IA podría reducir entre un 5% y un 10% de las emisiones globales de CO₂ para 2030, lo que equivale a todas las emisiones anuales de la UE. Paralelamente, la IA generativa podría sumar 1,2 billones de euros a la economía europea en una década, aumentando la productividad en hasta un 1,4 % anual. Sin embargo, este potencial va acompañado de riesgos. El Informe de Riesgos Globales 2025 del Foro Económico Mundial ya advierte de los efectos adversos de una IA mal gobernada. Algunos de los principales desafíos identificados incluyen:

  • Sesgos algorítmicos que refuerzan desigualdades existentes.
  • Pérdida de privacidad y vigilancia excesiva.
  • Impacto en el empleo, especialmente entre los colectivos más vulnerables.
  • Huella ambiental significativa, ya que entrenar grandes modelos consume enormes cantidades de energía. Por ejemplo, formar un modelo como ChatGPT puede generar emisiones equivalentes al ciclo de vida completo de cinco automóviles.

El mensaje del Pacto Mundial de Naciones Unidas España es claro: la IA debe desarrollarse y aplicarse bajo principios éticos, inclusivos y responsables. Para ello, recomiendan que tanto empresas como administraciones públicas adopten marcos de gobernanza que garanticen transparencia, responsabilidad y un enfoque centrado en las personas.

En un momento donde la tecnología avanza más rápido que la normativa, liderar con responsabilidad es una condición necesaria para garantizar que la IA no solo sea útil, sino justa.

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