Las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica de la ONU han acordado una nueva arquitectura de financiamiento, con una decisión clave prevista para 2028 sobre la estructura del mecanismo financiero. Este paso permitirá consolidar la implementación a largo plazo del convenio, asegurando que los recursos sean distribuidos de manera equitativa entre países y sectores.
Compromiso político, pero falta de fondos
Desde la ONG WWF, Efraím Gómez, director de Política Global, destacó que este avance representa “un paso en la dirección correcta”, en un contexto de creciente incertidumbre internacional. Sin embargo, subrayó que el desafío real comienza ahora, ya que los países desarrollados aún están lejos de cumplir con su promesa de aportar 20.000 millones de dólares antes de 2025 para apoyar a las naciones en desarrollo. “Invertir en la naturaleza no es una opción, es un seguro de vida global”, afirmó.
Uno de los puntos más relevantes de la cumbre fue la adopción de una estrategia de movilización de recursos entre 2025 y 2030, que incluye un diálogo internacional entre ministros de Medioambiente y Finanzas para acelerar la captación de fondos. A su vez, se estableció la Revisión Global de 2026, que se llevará a cabo durante la COP17 en Armenia, con el objetivo de evaluar los avances y corregir posibles desviaciones en la implementación del Marco Global de Biodiversidad.
Otro de los logros destacados es la consolidación del Fondo Cali, creado en la primera parte de la cumbre en Colombia. Este mecanismo busca canalizar recursos financieros procedentes de empresas que emplean información genética secuenciada digitalmente. Aunque aún no ha recibido aportaciones, se considera un avance significativo para los pueblos indígenas y las comunidades locales, que recibirán el 50% de los fondos para proyectos de conservación y restauración de ecosistemas.
Para WWF, este fondo representa una oportunidad clave para garantizar el cumplimiento de los objetivos del Convenio sobre la Diversidad Biológica más allá de 2030. “El liderazgo de la Presidencia de la COP16 ha sido determinante para alcanzar este acuerdo. Ahora es fundamental transformar los compromisos en acciones concretas”, señaló Ximena Barrera, directora de Relaciones de Gobierno y Asuntos Internacionales de WWF Colombia.
Próximos desafíos: rumbo a la COP30 en Brasil
Pese a los avances alcanzados en Roma, los desafíos pendientes son enormes. Solo 46 países han presentado hasta la fecha sus Estrategias y Planes de Acción Nacionales para la Biodiversidad (NBSAP), dejando a 150 naciones sin un plan claro de implementación. Además, la cuenta regresiva para la presentación de los informes de cumplimiento del Marco Global de Biodiversidad ya ha comenzado, con fecha límite el 28 de febrero de 2026.
La mirada ahora se dirige hacia la COP30 sobre cambio climático, que se celebrará a finales de este año en la Amazonia brasileña. Allí, la comunidad internacional deberá abordar la interconexión entre la crisis climática y la biodiversidad, impulsando la restauración de los bosques tropicales y la transformación de los sistemas de producción y consumo. La urgencia de actuar no deja margen para demoras: el futuro de la biodiversidad global sigue en juego.