El documento, titulado "Leveraging space technology for agricultural development and food security" (Aprovechar la tecnología espacial para el desarrollo agrícola y la seguridad alimentaria), ofrece orientación a expertos y responsables de políticas sobre la interconexión entre la tecnología espacial, la agricultura, la silvicultura, la gestión del uso de la tierra y las tendencias climáticas y medioambientales.
"La tecnología espacial ha supuesto un cambio revolucionario", afirman Lifeng LI, Director de la División de Tierras y Aguas de la FAO, y Aarti Holla-Maini, Directora de UNOOSA, en el prólogo del informe. Las imágenes satelitales y los datos de los sistemas de navegación global se han convertido en herramientas fundamentales para la agricultura moderna. Estas tecnologías permiten monitorear la salud de los cultivos, gestionar recursos hídricos, controlar plagas y planificar ante incertidumbres meteorológicas, beneficiando tanto a agricultores locales como a responsables de políticas internacionales.
Aunque el uso de tecnologías geoespaciales comenzó en 1957, su potencial se ha multiplicado con la creciente precisión de los satélites y las aplicaciones en la nube que facilitan el acceso a datos detallados de la Tierra, incluso desde teléfonos inteligentes. Actualmente, hay más de 17.000 satélites en órbita, con un ritmo de lanzamiento cercano a los 3.000 por año.
Sin embargo, persisten desafíos importantes, como la necesidad de reducir la brecha entre el espacio y la agricultura mediante la interoperabilidad técnica, la armonización de datos y el desarrollo de capacidades. La publicación enfatiza la importancia de la cooperación internacional para garantizar que los pequeños agricultores y los países en desarrollo puedan acceder y beneficiarse de estos avances tecnológicos.
El informe de la FAO y UNOOSA sugiere fortalecer las capacidades globales en el uso de datos satelitales, fomentar la coordinación internacional en misiones satelitales agrícolas y mejorar la accesibilidad e interoperabilidad de los datos espaciales. También aboga por establecer un centro de adquisición de imágenes centralizado de las Naciones Unidas, lo que reduciría duplicidades y optimizaría las sinergias. Además, subraya que una mayor colaboración e integración no solo generará beneficios concretos, sino que también ayudará a mitigar un riesgo creciente en las actividades espaciales: los desechos espaciales, que podrían amenazar la seguridad operativa de los satélites y limitar futuras misiones.
Es preciso recordar que la FAO ha liderado el uso de tecnologías geoespaciales a través de iniciativas innovadoras. La Plataforma geoespacial Mano de la mano integra más de dos millones de capas de datos geoespaciales y estadísticas agrícolas de acceso libre. Por otro lado, la herramienta SEPAL permite el monitoreo de la cubierta forestal casi en tiempo real mediante Google Earth Engine, y la base de datos WaPOR ayuda a gestionar el consumo de agua en campos de cultivo con alta precisión.
Estas herramientas no solo mejoran la gestión de recursos naturales, sino que también contribuyen a la respuesta ante emergencias, el control de plagas, la gestión del suelo, la evaluación del estrés hídrico y el desarrollo de técnicas de agricultura de precisión.
El informe destaca la importancia de la cooperación global en la implementación de tecnologías espaciales para la seguridad alimentaria y la sostenibilidad ambiental. Al aprovechar el poder de la tecnología geoespacial, el sector agroalimentario no solo puede optimizar sus recursos, sino también fortalecer su resiliencia ante el cambio climático. Con estas innovaciones, la FAO y UNOOSA están sentando las bases para una agricultura más inteligente y sostenible, marcando un hito en la lucha contra el hambre y la inseguridad alimentaria a nivel mundial.