La Copa Mundial de Clubes de la FIFA 2025 se celebrará en Estados Unidos entre el 15 de junio y el 13 de julio de este año, con sede en varias ciudades y estadios de renombre, incluido el Mercedes-Benz Stadium. Será la primera edición de este torneo con un nuevo formato ampliado a 32 equipos, lo que supone una mayor inversión y, por supuesto, una mayor recaudación para la FIFA. En este contexto, la organización ha lanzado una convocatoria para reclutar 700 voluntarios, un aspecto que ha llamado poderosamente la atención.
Hoy, al leer esta noticia en varios periódicos brasileños, no pude evitar cuestionarme la lógica de esta convocatoria. Desde mi punto de vista, la invitación a ser voluntario en un evento de esta magnitud resulta cuanto menos cuestionable. No es difícil imaginar una imagen promocional creada por inteligencia artificial mostrando a estos voluntarios sonrientes y entusiasmados, pero en la realidad, ¿hay verdaderos motivos para esta alegría?
Es importante aclarar que mi crítica no está dirigida a quienes deciden participar como voluntarios, sino a la organización que promueve esta práctica en un evento que, lejos de necesitar apoyo gratuito, genera ingresos multimillonarios.
Un negocio que mueve millones
Para dimensionar la magnitud económica del evento, basta con observar el costo de las entradas y la capacidad de los estadios. El recinto más pequeño que se utilizará en la competición cuenta con 27.980 asientos, con un precio mínimo de entrada de R$ 365, lo que supondría una recaudación total de R$ 10.212.700 si se vendieran todas las localidades. Por otro lado, el estadio más grande tiene una capacidad de 104.000 personas y el costo de las entradas más caras ronda los R$ 2.445,50. Si consideramos que habrá 104 partidos en total, la suma de ingresos por venta de entradas es descomunal, sin contar los ingresos por derechos de televisión, patrocinadores y otros acuerdos comerciales.
Pese a este impresionante volumen de ingresos, la FIFA solicita la colaboración de 700 personas que trabajarán sin recibir ninguna compensación económica, sin alojamiento, sin transporte y sin siquiera acceso a los partidos. ¿Por qué un evento de estas características necesita trabajo voluntario?
Voluntariado: entre el altruismo y el abuso
Por definición, el voluntariado debería estar destinado a actividades con un impacto social positivo, orientadas a comunidades vulnerables o causas de interés común. La FIFA, aunque se define como una organización sin fines de lucro, dista mucho de operar bajo esa lógica. No se trata de minimizar costos para garantizar la realización del torneo, sino de maximizar ganancias a través del uso de mano de obra gratuita.
Lamentablemente, este no es un caso aislado. En los últimos años, hemos visto cómo distintas organizaciones con amplios recursos económicos recurren al voluntariado como una estrategia de marketing encubierta, en lugar de utilizarlo para generar un impacto social real. En el caso de la Copa Mundial de Clubes, la FIFA podría utilizar su enorme plataforma para promover causas sociales auténticas, pero en lugar de eso, canaliza el entusiasmo de los aficionados hacia una estructura que solo beneficia a la propia organización.
Es comprensible que muchas personas se sientan entusiasmadas por participar en un evento de esta magnitud y vean el voluntariado como una oportunidad única de estar cerca de sus ídolos. Sin embargo, es crucial cuestionarnos a quién estamos beneficiando realmente con nuestro tiempo y esfuerzo.
Antes de aceptar ser voluntario en cualquier tipo de organización o evento, investiga y reflexiona. Asegúrate de que tu labor tiene un impacto positivo más allá del marketing corporativo y de que no estás contribuyendo, sin darte cuenta, a una maquinaria que se sostiene sobre el trabajo gratuito de quienes solo buscan formar parte de un espectáculo.