Según la National Oceanic and Atmospheric Administration de Estados Unidos (NOAA), para comprender las causas de la contaminación en las playas, debemos enfocar nuestra atención en un aspecto crucial: la actividad humana. Cada año, miles de millones de kilos de desechos contaminantes llegan a las costas y océanos, en su mayoría procedentes de las comunidades costeras y del interior.
Los contaminantes llegan de manera constante desde fuentes como fosas sépticas, vehículos, granjas, tierras de cultivo e industrias. En ocasiones, los vertidos son eventuales pero altamente perjudiciales, como los derrames de petróleo. La concentración de los contaminantes también juega un papel crucial. Por ejemplo, en el mar Menor, España, los nutrientes provenientes de actividades agrícolas, en pequeñas cantidades, pueden ser beneficiosos. Sin embargo, su alta concentración ha causado la eutrofización de las aguas en la región murciana.
Otros contaminantes son más visibles. En las últimas décadas, las playas del mundo se han llenado de microplásticos, colillas de cigarrillos y grandes aparejos de pesca abandonados. La mala gestión de residuos, las descargas de aguas pluviales y eventos naturales, como el tsunami de Japón en 2011, contribuyen a la acumulación de desechos en los océanos y las playas, aunque no de manera uniforme.
“Si comparamos la basura en el continente con la de las islas oceánicas, notamos una gran diferencia”, explica Daniela Honorato, bióloga marina e investigadora del programa de ciencia ciudadana ‘Científicos de la basura’, nacido en Chile para analizar y entender mejor el problema de los residuos. “En las islas, la basura llega a través de las corrientes marinas. Por ejemplo, en Chile, la mayoría de los desechos en las playas de la isla de Pascua provienen del continente americano, principalmente de Chile y Perú”, comenta Honorato. “Esto se debe a la corriente de Humboldt, que transporta los residuos hacia el océano abierto. Así, las playas de la isla de Pascua reciben basura de toda la cuenca del Pacífico Sur. Además, muchos de los residuos tienen etiquetas en idiomas asiáticos, ya que provienen de barcos que operan en altamar”, añade.
La contaminación de las playas también está influenciada por las actividades humanas locales. Las colillas de cigarrillos, por ejemplo, son extremadamente comunes en las playas turísticas, donde los residuos suelen tener origen local, señala la investigadora de ‘Científicos de la basura’.
Los efectos de la contaminación marina son variados. Pueden alterar los ecosistemas, reducir la riqueza generada por el turismo y perjudicar la salud humana al exponerse a un medio ambiente contaminado. Actualmente, uno de los mayores problemas es la contaminación por plásticos, que representan al menos el 85 % de los residuos en los océanos. Un estudio del Instituto Español de Oceanografía encontró que la mayoría de los residuos en las playas de Galicia son plásticos provenientes de la pesca, el turismo y productos de higiene personal. En una década, se recolectaron hasta 45,000 objetos plásticos en tres playas gallegas.
“El plástico está presente en las playas, en el océano abierto y prácticamente en todos los rincones del planeta”, señala Honorato. “Es un material duradero que no se biodegrada, solo se fragmenta”. Los residuos plásticos y microplásticos afectan directamente a los ecosistemas. Los organismos marinos los ingieren, lo que puede causarles heridas internas o contaminación por sustancias tóxicas. Además, al llenar sus estómagos con plásticos, los animales sienten saciedad y dejan de comer, lo que puede llevarlos a la inanición. También se enredan en los residuos, y muchas aves usan estos materiales para construir nidos, atrapando a los polluelos. Otro problema es la introducción de especies invasoras que viajan sobre residuos no biodegradables.
Prevenir la contaminación en las playas requiere un esfuerzo conjunto de individuos, comunidades y gobiernos. Aquí presentamos algunas claves y consejos para contribuir a la protección de nuestros entornos costeros: