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La desigualdad de género es uno de los mayores desafíos actuales. Si bien en muchos ámbitos se ha avanzado considerablemente, lo cierto es que aún queda mucho por hacer. Uno de los ámbitos en los cuales la desigualdad es moneda corriente es en el mundo corporativo. Allí, el tema del liderazgo femenino ha ganado mucha atención y discusión en los últimos años. Para conocer en profundidad esta problemática, OBS Business School ha publicado el informe Mujer y Liderazgo dirigido por Marta Grañó, profesora de Iniciativa Emprendedora de la escuela, que analiza la situación actual de las mujeres en posiciones de liderazgo en diferentes ámbitos (político, empresarial, científico, etc).
Un 63% de las empresas en España todavía no tiene a ninguna mujer en sus comités de dirección

En vísperas del 8M, Día Internacional de la Mujer, hablar de desigualdad es un buen primer paso para dar visibilidad a un contexto de múltiples injusticias. Una gran parte de la sociedad cree que la desigualdad de género está ya superada porque las mujeres se han convertido en la mitad del alumnado en las universidades, son la mitad de la plantilla de muchas empresas y se ha avanzado en derechos sociales. Sin embargo, creer que se ha alcanzado la igualdad de género en puestos de liderazgo es una falacia y así lo demuestran los datos.

Si bien cada vez más mujeres ocupan puestos de jerarquía, se trata de un gran desafío, ya que ellas enfrentan barreras únicas cuando se trata de alcanzar puestos de liderazgo en el mundo empresarial y político. Uno de los mayores obstáculos que enfrentan las mujeres es la discriminación de género. A menudo, se espera que las mujeres sean amables, emocionales y cuidadoras, mientras que los hombres son vistos como más fuertes, racionales y asertivos. Esto puede llevar a estereotipos negativos y prejuicios inconscientes contra las mujeres en roles de liderazgo, lo que dificulta su ascenso a puestos de alto nivel.

Además, las mujeres a menudo enfrentan una mayor carga de trabajo fuera del trabajo, como cuidar a niños y familiares ancianos, lo que puede dificultar su capacidad para dedicar tiempo y energía a su carrera. También pueden enfrentar barreras para acceder a redes profesionales y oportunidades de mentoría, que a menudo están dominadas por hombres.

Sin embargo, a pesar de estos desafíos, hay muchas mujeres que han logrado el éxito en roles de liderazgo. Muchas empresas y organizaciones están adoptando políticas para promover la diversidad de género y garantizar que las mujeres tengan igualdad de oportunidades para avanzar en sus carreras. Además, hay una creciente conciencia de la importancia de tener mujeres en puestos de liderazgo para fomentar una mayor inclusión y diversidad de perspectivas en la toma de decisiones. Recientemente, OBS Business School ha publicado el informe Mujer y Liderazgo dirigido por Marta Grañó, profesora de Iniciativa Emprendedora de la escuela, que analiza la situación actual de las mujeres en posiciones de liderazgo en diferentes ámbitos (político, empresarial, científico, etc).

La desigualdad en el mundo corporativo es moneda corriente: según un informe de la ONU de septiembre 2022, de los 195 jefes de Estado que existen en el mundo, solo 28 son mujeres, menos del 15%. Además, ocupan tan solo el 26% de los escaños parlamentarios de todo el mundo. Al analizar por regiones, encontramos que en América Latina y el Caribe, y Europa y América del Norte las mujeres ocupan más del 30% de los escaños parlamentarios. En el África subsahariana representan el 26% y encontramos menos del 20% en Asia Central y Asia Meridional y Oceanía.

La publicación elaborada por OBS Business School advierte que, a pesar de los avances conseguidos, la realidad demuestra que la mitad de la población sigue lejos de la visibilidad, el poder y las oportunidades de la otra mitad.

En el ámbito empresarial y económico, ningún país de Europa consigue alcanzar el 50% de mujeres en Consejos de Administración y España no es la excepción. El más cercano es Francia (45%) y el que se encuentra más alejado de esa cifra es Hungría, con un índice de presencia femenina de solo el 9%. A nivel global, en la lista Fortune 500, que clasifica a las mayores empresas por sus ingresos en todo el mundo, solo aparecen 24 CEO’s mujeres, una tasa del 4,8% en puestos de alto liderazgo. Y esta desigualdad existe también en la retribución salarial. En Europa, las mujeres perciben de media un 13% menos que sus colegas masculinos.

Los expertos afirman que, en nuestro país, las mujeres en Consejos de Administración no llegan ni al 33% en el caso de empresas del IBEX o estatales, que son las que registran porcentajes más altos. En el caso de las empresas sujetas a la Ley de Igualdad era de un 14% en 2022. Hasta un 63% de las empresas en España todavía no tiene a ninguna mujer en sus comités de dirección, aunque de manera lenta la cifra va aumentando. Analizándolo en función del número de empleados, el 65% de las compañías con menos de 50 empleados no cuenta con ninguna mujer en cargos directivos, al igual que el 48,2% de las empresas con entre 50 y 100 empleados y el 43,7% de las que tienen más de 100 empleados. Solo un 0,5% de las empresas en nuestro país tiene más de 8 directivas. Y la dirección general está ocupada por una mujer solo en un 14,15% de los casos.

Un dato interesante que aporta la investigación muestra que cuando los líderes desarrollan 16 competencias concretas las organizaciones incrementan su productividad, mejoran sus resultados financieros, tienen un mejor clima y mayor compromiso de sus empleados. Lo llamativo es que de esas 16 competencias las mujeres destacan en 12, especialmente en tomar la iniciativa, la integridad, promover la obtención de resultados, inspirar y desarrollar a otros.

Sin embargo, los expertos afirman que a menudo la sociedad va interiorizando tópicos que, con los años, pasan a considerarse verdades absolutas, aunque carezcan de fundamentos científicos reales que los sustenten. El ámbito del liderazgo ha sido especialmente proclive a la creación de estereotipos que están fuertemente arraigados, y ellos influyen en los patrones de conducta. Un ejemplo muy común se produce con la maternidad. Actualmente la maternidad frena el ascenso profesional de muchas mujeres que sufren el llamado “sentimiento de culpabilidad maternal”. Este sentimiento está relacionado con el elevado nivel de autoexigencia y con los tópicos existentes según los cuales “ser madre resta”, aunque esta visión no se basa en ninguna evidencia científica. No es habitual escuchar referencias a todo aquello positivo que le aporta a un bebé el hecho de que su madre trabaje dentro y fuera de casa. Y de igual manera, se habla poco de todo lo que le aporta a una empresa el hecho de tener a mujeres -también si son madres- en puestos de responsabilidad.

El profesor James Heckman, premio Nobel de Economía, demostró que el factor que más incide en el futuro de un bebé y en la formación de su capital humano es lo que él denominó “la lotería del nacimiento”, es decir, el entorno y la familia en donde le toca nacer. Cuando una madre trabaja dentro y fuera de casa, los hijos adquieren un leguaje más rico y además mejora, en el caso de las niñas, sus posibilidades de trabajar y verse bien remuneradas, y en el caso de los niños, su capacidad de conciliación. Sus investigaciones demostraron también que los descendientes de madres que trabajan fuera obtienen significativamente más educación que aquellos de madres que no lo hacen.

A todo ello hay que añadir que las empresas con mayor presencia femenina en puestos de liderazgo son más rentables, según demuestran diversos estudios, y la diferencia es significativa: las compañías que tienen al menos un 30% de presencia femenina en altos puestos ejecutivos tienen un 15% más de beneficios que aquellas que no las tienen.  or tanto, se puede afirmar que ser madre y desarrollar una carrera profesional no resta a los hijos, sino que suma. Y también que, a mayor presencia de mujeres en puestos de liderazgo, más rentable es la empresa.

La mujer líderes por sectores

Finalmente, el informe se divide por sectores. En el ámbito académico persiste la brecha de género. Mientras que la proporción de estudiantes mujeres es superior a la de hombres en estudios de grado y de Máster (54%), al analizar el porcentaje de profesores universitarios y de rectores, la proporción de mujeres va disminuyendo significativamente hasta el 29% y 20% respectivamente. Además, se mantienen los estereotipos de género a la hora de elegir titulaciones con porcentajes muy altos de mujeres en grados como Enfermería, Educación y Trabajo Social mientras su presencia en titulaciones Stem se mantiene por debajo del 20%. Las mujeres también son mayoría en Medicina, pero en los puestos de liderazgo representan menos del 30%. En 2021 el 61% de los médicos que trabajaban en centros sanitarios públicos en España eran mujeres. A pesar de ello, el porcentaje de las que son jefas de servicio se situaba entre el 20,3% de Andalucía y el 46,7% de Navarra.

Por su parte, en el área de investigación, las mujeres representan solo el 28% del total en el mundo. Los países con mayor proporción de investigadoras son Bolivia (63%), Venezuela (53%) y Cuba (53%). Cabe destacar que de los 929 científicos que han obtenido el Premio Nobel a lo largo de la historia, únicamente 58 han sido mujeres (6,2%). Si observamos el sector asegurador, por ejemplo, vemos que las mujeres solo ocupan el 23% de los puestos en los Consejos de Administración. Y además son ellas las que protagonizan la mayoría de las reducciones de jornada (92%) y también los contratos a tiempo parcial (72%). En el mundo del deporte las féminas participan ampliamente, pero se topan con el techo de cristal en el acceso a los puestos de dirección deportivos, en la igualdad de los salarios de las jugadoras profesionales, así como en la visibilidad en medios de comunicación.

 

***Puedes descargar el informe completo aquí

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