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La urgencia por incorporar los aspectos Medioambientales, Sociales y de Gobernanza (ESG por sus siglas en inglés) está marcando la agenda de los principales órganos de gobierno de las empresas y ha pasado a formar parte de sus prioridades estratégicas. Sin embargo, el estudio “La gestión de los aspectos ESG en las empresas cotizadas”, realizado por la consultora de Impacto Empresarial Transcendent, que indaga sobre una muestra de 85 empresas que cotizan en el mercado continuo, señala que sólo el 40% de las compañías analizadas comunica objetivos medioambientales concretos y medibles. Este porcentaje desciende al 13% en el caso de los objetivos sociales.
Menos de la mitad de las empresas cotizadas cuenta con objetivos medioambientales concretos

La incertidumbre fue y continúa siendo la marca de la pandemia. La crisis global sin precedentes provocada tras la llegada del coronavirus ha exacerbado las condiciones cambiantes del contexto, la inestabilidad, la complejidad y la ambigüedad del mundo de los negocios han puesto de manifiesto la fragilidad del sistema económico y de las cadenas de valor. Todo ello implica que la urgencia por incorporar los aspectos Medioambientales, Sociales y de Gobernanza (ESG por sus siglas en inglés) esté marcando la agenda de los principales órganos de gobierno de las empresas y ha pasado a formar parte de sus prioridades estratégicas.

Si bien la sostenibilidad ya tiene un largo recorrido en el mundo corporativo, la pandemia ha evidenciado su centralidad. En este escenario, ha habido innegables avances y todas las empresas ponen de manifiesto su compro­miso con las personas y el planeta, empero, el estudio “La gestión de los aspectos ESG en las empresas cotizadas”, que analiza una muestra de 85 empresas que cotizan en el mercado continuo, entre las que se encuentran todas las compañías del IBEX35, realizado por la consultora de Impacto Empresarial Transcendent, advierte que sólo el 40% de las compañías analizadas comunica objetivos medioam­bientales concretos y medibles. Además, este porcentaje des­ciende al 13% en el caso de los objetivos sociales.

Evidentemente, el camino no es fácil. La transformación empresarial hacia la sostenibilidad supone un cambio de mentalidad, un verdadero reto desde el punto de vista organizativo y operativo. Su transversalidad requiere alinear a todas las áreas de la compañía lo cual, sin dudas, llevará tiempo. Los expertos de Trascendent afirman que, en los últimos años, se ha producido una aceleración sin precedentes. Sin embargo, la velocidad con la que están avanzando las empresas no es la misma, y la diferencia entre las compañías del IBEX 35 y el resto de cotizadas es muy palpable. 

Así, la investigación muestra que, aunque todas las empresas ponen de manifiesto sus compromisos a alto nivel, aún son pocas las que comunican sus objetivos ESG. En el caso de las empresas que cotizan en el IBEX35, el 60% comunican obje­tivos medioambientales concretos, medibles y cuantifi­cables. Sin embargo, esta cifra disminuye hasta el 26% para el resto de empresas cotizadas. Pero no basta con meras intenciones si no se traducen en planes y propuestas concretas y comprobables. Las empresas que no incorporen la sostenibilidad en el centro de su actividad van a competir en inferioridad con las que sí lo hagan. De poco sirven las declaraciones de intención y los compromisos si no hay planes estratégicos con objetivos claros e indicadores de seguimiento que los respalden.

Otra de las conclusiones que emerge del estudio es que las em­presas están poniendo mayor foco en los aspectos medioam­bientales comparados con los sociales. Apenas un 29% de las compañías del IBEX 35 comuni­can objetivos sociales concretos, medibles y cuantifica­bles que, en la mayoría de los casos, están vinculados con el tema de diversidad e inclusión. En el resto de empresas cotizadas este dato disminuye al 2%.

En términos generales, el informe demuestra que hay una diferencia significativa entre las empresas del IBEX y el resto de cotizadas respecto a la utilización de incentivos vincu­lados con el desempeño ESG. Más de la mitad de las compañías del IBEX35 (54%) cuentan con un sistema de remuneración variable vinculado al desempeño ESG, mientras la incorporación de estos incentivos es aún incipiente (18%) en el resto de empresas cotizadas. El informe declara que la mayor parte de las remuneraciones están vinculadas al cumpli­miento de los objetivos de sostenibilidad, especialmente los medioambientales, como son la reducción de las emisiones de CO2 de alcance 1 y 2, o la reducción del consumo de agua.

Por su parte, otro de los aspectos sobre los cuales indaga el estudio es la incorporación de Comisiones de Sostenibilidad en los Consejos de Administración. Al respecto, muestra que, en apenas dos años, el número de empresas que han incorporado órganos de gobierno dedicados a la gestión de la sostenibilidad ha aumentado de manera considerable, especialmente en el caso de las compañías del IBEX35.  El gran avance registrado en estas com­pañías en materia de go­bernanza de la sostenibilidad todavía no se ha materializado en el resto de empresas que cotizan en el mercado continuo.  Concretamente, el 68% de empresas del IBEX 35 cuenta con una Comisión de Sostenibilidad (bien específica o compartida con otras funciones), que reporta directamente al Consejo de Administra­ción, mientras que en 2018 esta cifra era tres veces menor (20%).

Así, una de las principales conclusiones que emerge del estudio es que la incorporación de la sostenibilidad en las estrategias de negocio avanza a gran velocidad en las compañías del IBEX 35, mientras que el resto de empresas cotizadas tienen aún mucho camino por recorrer. A pesar de los avances en materia de sostenibilidad y de que todas las empresas ponen de manifiesto sus compromisos a alto nivel, aún son pocas las que comunican sus objetivos ESG.

Finalmente, el informe concluye con una serie de recomendaciones entre las cuales se destacan:

  • Gobernanza de la sostenibilidad: Debido a su naturaleza transversal y a su marcado carácter estratégico, la sostenibilidad requiere de una estructura de gobernanza que respalde la toma de decisiones y se responsabilice por su gestión. Es por ello que se hace necesaria la constitución de órganos de gobierno multidisciplinares que garanticen la integración de la sostenibilidad en el negocio y favorezcan la alineación entre todas las áreas lo que implica, a nivel estratégico, velar por el propósito y el desempeño ESG de la compañía y, a un nivel más operativo, facilitar la coordinación para la consecución de objetivos comunes. 
  • Compromisos y objetivos medioambientales y sociales: Más allá de su compromiso con el medioambiente y la sociedad en general, un elemento clave que influye en la estrategia de sostenibilidad y, por tanto, los objetivos de una empresa es la materialidad. Cada empresa debe determinar sus prioridades en materia de sostenibilidad que variarán de manera significativa en función del sector, de la estrategia de la compañía y también de las expectativas de sus grupos de interés. 
  • Remuneración vinculada al desempeño ESG: La remuneración vinculada al desempeño ESG es una palanca estratégica que fomenta la involucración de los empleados en la toma de decisiones y su participación activa en la consecución de los objetivos comunes.  Para una correcta toma de decisiones, los consejeros y directores ejecutivos deben contar con herramientas que les permitan monitorizar y “operacionalizar” la sostenibilidad dentro de la compañía aportando un equilibrio entre visión estratégica y táctica.

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