La transición hacia una economía con cero emisiones de carbono no es un proceso sencillo desde ningún punto de vista. Se trata de un camino sinuoso con acontecimientos que implican avances y retrocesos. Estos acontecimientos, explican los expertos de MSCI, nos permiten medir la intensidad con la que los participantes del mercado creen que el riesgo de la transición climática se transmite a los precios de las acciones de las empresas.
Los investigadores que realizaron el informe afirman que han comprobado que el marco temporal utilizado para evaluar el impacto de los acontecimientos en los precios del mercado es un elemento fundamental a la hora de realizar cualquier análisis. En este sentido, explican que es posible clasificar dos tipos de factores de riesgo que podemos utilizar para detectar una relación entre los acontecimientos y el precio de las acciones: Por un lado, el denominado "riesgo de evento" que se refiere a los riesgos que los inversores valoran de forma más inmediata. Por el otro, se encuentran los "riesgos de erosión", que tienden a desarrollarse a lo largo de periodos de tiempo más largos.
Para encontrar las respuestas a los múltiples interrogantes que surgen en relación al comportamiento de los mercados, MSCI ha creado un canal de transición hipotético de cómo los cambios en las políticas climáticas, como el Acuerdo de París, pueden reflejarse en los precios de las acciones. Uno de los ejemplos que cita el estudio es que se espera que los responsables políticos impongan límites más estrictos a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Estas normas pueden provocar un aumento de los costes y una reducción de los beneficios para las empresas con operaciones menos eficientes en materia de carbono, lo que a su vez puede repercutir en el precio de sus acciones. Por otro lado, las empresas más eficientes en cuanto a emisiones de carbono pueden tener una ventaja comparativa en cuanto a costes.
Para comprobar si los acontecimientos políticos tuvieron un impacto inmediato en los precios de las acciones, MSCI estudió los principales acontecimientos políticos o normativos relacionados con el clima que se produjeron desde 2015. A continuación, observaron la relación entre los precios de las acciones y los perfiles de riesgo de transición climática de las empresas, para ver la intensidad con la que el mercado de valores valoró este canal de transmisión.
Para el estudio se seleccionaron nueve acontecimientos: cinco que podrían considerarse "avances" para la transición a una economía baja en carbono y cuatro que podrían considerarse "retrocesos". Luego, observaron el rendimiento de las acciones durante el día de negociación posterior al acontecimiento para medir el riesgo del mismo a corto plazo.
El estudio advierte que algunos cambios políticos, como el Acuerdo de París, no fueron verdaderas "sorpresas", es decir, los mercados financieros tuvieron tiempo suficiente para valorar las expectativas en el período previo al acontecimiento, lo que podría explicar que las reacciones inmediatas del mercado fueran tenues. Sin embargo, el análisis muestra que incluso la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos en 2016, que fue posiblemente el acontecimiento más sorprendente, hizo subir inmediatamente los precios de las empresas más eficientes en materia de carbono, lo que fue contrario a las expectativas. Los resultados de las demás variables fueron en la dirección esperada, pero no fueron significativos.
Las cosas en el plano económico a veces no son las esperadas. Ante este escenario la pregunta que se realizaron los expertos miembros de MSCI fue, si los mercados no reaccionaron inmediatamente a los cambios en la política climática, ¿respondieron a lo largo del tiempo, sugiriendo la existencia de un riesgo de erosión? Para comprobar el riesgo de erosión, utilizaron la Puntuación de Transición a la Baja Emisión de Carbono (LCT por sus siglas en inglés) de MSCI.
Para evaluar el efecto de la exposición de las empresas al riesgo de transición climática en sus resultados, incluyeron la puntuación LCT como un factor adicional en un modelo de factores y volvieron a realizar las regresiones con este conjunto de factores actualizado durante los últimos siete años (la disponibilidad de datos de la puntuación LCT se limita a este periodo). La investigación expuso que el rendimiento acumulado del factor asociado a la puntuación LCT mostró que las empresas con mejores perfiles de riesgo de transición superaron a sus homólogas más arriesgadas, tras controlar los factores de riesgo y rendimiento de la renta variable bien conocidos.
Otro importante hallazgo que arroja el estudio es que el rendimiento relativo superior de las empresas con mejores perfiles de riesgo de transición se produjo principalmente durante los dos últimos años. El rendimiento de las LCT mejoró continuamente a lo largo del tiempo, lo que indica que el riesgo de transición climática era más bien un riesgo de erosión. Esta reciente aceleración del rendimiento puede estar relacionada con la adopción de numerosas políticas relacionadas con el clima a nivel regional tras el Acuerdo de París, como la Ley de Transición Energética en Francia, el aumento del impuesto sobre el carbono en Alemania y la disminución de los derechos de emisión de carbono en el régimen de comercio europeo. Por lo tanto, la erosión observada en los precios de las acciones puede reflejar simplemente este proceso normativo en curso.
En resumen, el estudio concluyó que: los principales acontecimientos relacionados con el clima no cumplieron sistemáticamente la prueba como riesgo de evento. Por el contrario, tendieron a manifestarse en los mercados de renta variable durante periodos de tiempo más largos, en consonancia con la definición de riesgo de erosión que propone MSCI. Así, los investigadores advierten que puede ser útil tener en cuenta estas ramificaciones potenciales a largo plazo al evaluar los riesgos de transición climática de las empresas. Fue evidente entonces que los mercados de valores no reaccionaron sistemáticamente tras los acontecimientos políticos o normativos relacionados con el clima. Y, a menudo, los precios de las acciones se movieron en la dirección opuesta a la esperada.