Después de una larga semana de acciones climáticas para detener la "crisis climática" y no el "cambio climático", por fin llegamos a la gran celebración del pasado viernes 27 de septiembre con grandes concentraciones convocadas en varias ciudades españolas y del mundo. Estabamos en lo cierto, el viernes se iba a hacer mucho ruido, España iba a retumbar con la juventud en pie por el futuro, y tuve la suerte de ser testigo de ello en la gran marcha de Madrid que albergó a más de 100.000 manifestantes, según los organizadores, en un recorrido que empezó a las seis de la tarde en la estación de Atocha hasta la puerta de Sol.
Se respiraba un ambiente de ilusión, diversión y de compañerismo, miles de manifestantes de todas las edades se agrupaban según los colectivos a los que pertenecían como Fridays For Future, Ecologistas en Acción, Amigos de la Tierra, WWF, Greenpeace, o simplemente se iban sumando a la oleada de personas que caminaban cantando al unísono "No hay planeta B"; "Ni un grado más, ni una especie menos"; "Se nota, se siente, el planeta está caliente", "Hasta los pulmones de tantas emisiones"; "Si el planeta fuera un banco, ya lo habrían rescatado"; "¡Justicia climática ya!" entre un mar repleto de pancartas tremendamente creativas e ingeniosas de todos los colores.
Los mensajes calaban por su sencillez, llegando a todos los públicos, los más pequeños repetían los cánticos con soltura y despreocupación dando brincos y agarrando las manos de sus padres para no perderse entre la multitud. Cuántas familias y amigos se unieron para defender al planeta, un plan de viernes que marcará sin duda a todo aquel que lo vivió en sus propias carnes, porque nos lo jugamos todo, nos jugamos el futuro. El coste de ignorar el cambio climático es demasiado alto como para siquiera plantearlo. Como dice el manifiesto de Juventud por el Clima: "Hace falta cambios socioeconómicos profundos en el conjunto de la sociedad global para alcanzar un consumo en equilibrio con la naturaleza, siendo necesario para ello un crecimiento que priorice el bienestar de los ecosistemas por encima del enriquecimiento individual perpetuo".
Ya basta de políticas cortoplacistas, a través de esta huelga por el clima, exigimos que los nuevos gobiernos declaren el Estado de Emergencia Climática en el Estado Español y lo exijan en la Unión Europea así como que se comprometan a impulsar medidas concretas y urgentes para alcanzar, como mínimo, los objetivos establecidos en el Acuerdo de París y cumplir con las recomendaciones establecidas por el IPCC. Así también, exigimos la implementación de políticas ambientales que aseguren el futuro de las generaciones actuales y futuras, así como acuerdos políticos que estén al nivel de la emergencia climática actual.