“El colectivo de accionistas en una empresa es uno de los grupos de interés que considera la RSE (Responsabilidad Social de la Empresa), si bien está en una posición diferente al resto de grupos (trabajadores, clientes, proveedores y sociedad). Aunque los accionistas tienen en común con todos ellos el hecho de que la empresa ha de dar cumplimiento a sus legítimos objetivos, constituyen a la vez un grupo con responsabilidad directa, por el hecho de ser los propietarios de la empresa, sobre la satisfacción de los objetivos de los otros grupos de interés. Por lo tanto, los accionistas tienen una doble posición en lo concerniente a las políticas de RSE: como destinatarios de una información fiable y en tiempo real de las posiciones financieras y de las estrategias de la empresa orientadas a generar valor para ellos, y como impulsores de una estrategia empresarial que contribuya a satisfacer los objetivos de los otros grupos de interés de la empresa”.
Así lo describen Francisco Blanco Bermúdez, Doctor en Economía de la Empresa por la Universidad Autónoma de Madrid y Fernando Gallardo Olmedo, Universidad Autónoma de Madrid, en un trabajo publicado en el último número de la revista Economistas. Publicada por el Colegio de Economistas de Madrid y el Consejo General de Economistas, esta edición está íntegramente dedicada a la gobernanza.
En su artículo Los accionistas y la inversión sostenible y responsable, Blanco y Gallardo detallan cómo la mayor parte de los inversores institucionales han incorporado ya en sus análisis y en sus estrategias de gestión activa los factores ASG (medio ambiente, social, gobernanza), que tienen cada vez más influencia en la rentabilidad y en el riesgo de las inversiones. “Se prevé que esta sensibilidad hacia los criterios ASG se intensifique en el futuro. No hay falta de sintonía, sino más bien una gran coherencia, entre las políticas de RSE de las compañías y la consideración de factores ASG por parte de los inversores”, dicen.
Y han elaborado una clasificación de estos criterios distinguiendo si los riesgos son provocados por la propia empresa o si provienen del entorno exterior a la misma.
Riesgos asociados al medio ambiente:
Riesgos que combinan medio ambiente y social:
Riesgos sociales:
Riesgos vinculados con la gobernanza:
En cuanto al impacto financiero que tendría la materialización de los diferentes riesgos señalados se puede concretar en los siguientes aspectos:
– Modificaciones regulatorias con efectos negativos en el negocio de la empresa.
– Multas y sanciones.
– Deterioro del valor reputacional, con el consiguiente efecto en un empeoramiento de la posición competitiva de la empresa que genera pérdidas de ventas e ingresos.
– Empeoramiento de la posición competitiva de la empresa por mayores costes que los competidores o por una productividad de los recursos humanos más baja que los competidores.
– Deterioro de activos con las consiguientes pérdidas patrimoniales y disminución en la capacidad de generar ingresos.