🔹 ¿Cómo crees que estos retrocesos impactan en el mundo corporativo?
Los nuevos discursos extremistas en contra de la diversidad y la igualdad de género impulsados por el gobierno norteamericano, están creando una alarma social y mucho desconcierto en la sociedad y en las empresas. Con gran asombro y estupor, vemos cómo vivimos en una sociedad donde los derechos no se pueden considerar como adquiridos y nos vemos ante la necesidad de defenderlos constantemente, ya que cualquier cambio a nivel geopolítico puede dar un giro a las cosas que dábamos por sentadas. Y esto es lo que nos está pasando con las nuevas políticas impulsadas por uno de los países más poderosos e influyentes del mundo.
Las políticas de Trump en contra de las iniciativas de diversidad están provocando una polarización social, están debilitando las políticas de diversidad e inclusión de las empresas, a la vez que están generando un renovado impulso hacia el activismo social en favor de la diversidad y la igualdad.
A largo plazo, la falta de diversidad en las empresas podría afectar negativamente la innovación y la productividad. La investigación ha demostrado que los equipos diversos tienden a ser más creativos y generan mejores soluciones a los problemas. Además, los profesionales que trabajan en entornos más inclusivos demuestra mayor motivación, orgullo de pertenecía y lealtad.
Si las políticas de diversidad no se refuerzan, las empresas y organizaciones podrían perder esta ventaja competitiva. Esta situación también podría desalentar a los talentos internacionales y esto podría resultar en una fuga de cerebros, especialmente en sectores clave como la tecnología, la ciencia y la educación, donde la diversidad de perspectivas es crucial.
🔹 ¿Qué estrategias podemos adoptar para proteger y fortalecer los derechos conquistados?
La movilización social jugará como siempre un papel clave, con el apoyo de movimientos que promuevan los derechos civiles, la diversidad y la equidad. La participación ciudadana será esencial para presionar a gobiernos y empresas, así como la educación y el activismo digital.
A nivel político, será crucial contar con representantes comprometidos con la diversidad y promover políticas que protejan los avances en igualdad de oportunidades para todos los colectivos minoritarios, las mújeres y los seniors.
Las empresas deberán retratarse y posicionarse para asumir un rol protagonista y ejemplarizante. Aquellas que de verdad impulsan políticas de diversidad y tengan culturas inclusivas, deberán ponerlo aún más en valor, para que tanto los consumidores, como los empleados futuros y actuales, lo valoren y lo premien. Es una oportunidad para diferenciarse y demostrar si estos valores son reales o eran meramente un trámite que cumplir (diversity washing). El mercado será el que tendrá que premiar o castigar.
La educación y los medios de comunicación, incluidas las redes sociales serán herramientas poderosas para fortalecer estos valores.
La clave estará en no bajar la guardia y coordinar las acciones entre la sociedad civil, las empresas y los gobiernos afines a estas políticas, para poder seguir avanzando en la construcción de sociedades más justas, equitativas y diversas.