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Diversidad de género: una cuestión de rentabilidad y progreso.

Como profesional en tecnología y emprendimiento, he vivido el impacto positivo de la diversidad de género. No se trata solo de una cuestión de legitimidad o imagen corporativa (pensar así es reduccionista y lleva a posiciones encontradas o extremas), sino de una estrategia empresarial esencial.

La diversidad impulsa el éxito: evidencia

La diversidad de género, así como la más amplia, actúa como un motor de rentabilidad, innovación y resiliencia.

  • Mejor Desempeño Financiero: Refinitiv (2023) ha analizado más de 12,000 empresas del mundo y encontró una correlación positiva entre la diversidad de género y el margen de beneficio neto y el retorno sobre el capital. El Foro Económico Mundial (2021) ha estimado que la paridad de género podría aumentar el PIB global en hasta $28 billones para 2025. ¿Damos un paso atrás? McKinsey & Company (2020) ha descrito que las empresas en el cuartil superior en diversidad de género tenían un 25% más de probabilidades de reportar rentabilidades superiores al promedio.
  • Innovación aumentada: Un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2023) resalta que las empresas con culturas inclusivas tienen más probabilidades de desarrollar productos y servicios. Fácil: hay una mayor variedad de estilos de pensamiento.
  • Mayor compromiso de los empleados: La consultora Great Place To Work, en su informe "Mujeres en el lugar de trabajo 2023", indica que en las empresas donde las mujeres tienen una experiencia positiva, los indicadores de compromiso y lealtad son más altos.

El impacto de las políticas de rechazo a las iniciativas DEI

Soy parte de ese grupo de personas que están viendo cómo su empresa o ex-empresa, después de haber invertido tiempo, recursos y dedicación a diseñar y ejecutar políticas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI), están acatando y disminuyendo o eliminando todo este esfuerzo. La sensación es una mezcla de incredulidad, incongruencia y desconfianza.

¿No era una parte central de la cultura de la empresa?

¿No era un marco de actuación acordado, aprendido y ejecutado a rajatabla?

¿Quiénes somos?

Estamos en un momento oscuro, sin duda. Las políticas y el discurso en contra de la Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) de la administración Trump han cobrado mucha fuerza con la posición de liderazgo mundial que tiene Estados Unidos, sosteniendo que estas iniciativas constituyen "discriminación inversa" o que imponen "ideologías".

Y parece que van en contra de todos, porque los programas DEI "perjudican" a los grupos mayoritarios. Al contrario, fomentan entornos laborales más justos y productivos para el conjunto de los empleados.

La posible pérdida de oportunidades de crecimiento exponencial y desarrollo es incuestionable. La falta de claridad e incertidumbre sobre cómo va a seguir este juego, es inquietante.

Sentir que tantos esfuerzos han valido de poco, agotador. La innovación necesita diversidad, se alimenta de ella. YouTube no generó la rotación de pantalla al grabar video, hasta que un zurdo grabó un vídeo al revés. No había zurdos en el equipo.

¿Cómo se justifica el avance tecnológico si vamos hacia atrás en políticas que son necesarias, porque las big techs tienden a ser masculinas y blancas? Sí, todavía.

La alta dirección queda en un lugar muy cuestionable al desdecirse tan rápido y sin contrapropuesta o negociación suficiente. La creación de espacios seguros y confiables queda en entredicho.

Pero en la Unión Europea tenemos una oportunidad, de pararnos fuertes y seguros y mantener una visión coherente.

Estrategias para proteger y fortalecer los avances en DEI en este entorno

¿Qué hacemos de este lado del mundo, además de preocuparnos? Aquí algunas ideas:

  1. Reforzar el compromiso empresarial: las empresas líderes deben reafirmar públicamente su compromiso con la estrategia DEI.
  2. Comunicar el valor de los programas DEI: explicar, con datos, los beneficios tangibles que la diversidad aporta al negocio.
  3. Invertir en datos y medición: es esencial seguir recopilando datos rigurosos sobre diversidad e inclusión.
  4. Fomentar la colaboración interdisciplinaria: Gobierno, instituciones públicas, ONGs, sector privado, academia, unidos por el bien común.
  5. Educar y sensibilizar: continuar con la educación sobre los sesgos inconscientes, la discriminación y los beneficios de la diversidad.
  6. Legislar a favor de la diversidad: Reforzar localmente estas políticas para abrir un marco aún más transparente de actuación.

Así que hablar de diversidad es hablar de negocios exitosos, no nos quedemos sólo en la justicia, la equidad o los debates ideológicos. Retroceder será costoso.

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Opinión#8M2025

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