Las OSC (Organizaciones de la Sociedad Civil) son importantes para responder a las necesidades sociales en comunidades vulnerables y la gestión de voluntarios es un recurso importante para ellas. Sin embargo, muchas OSC no prestan la debida atención a la capacitación y gestión de los voluntarios. La falta de capacitación puede conducir a una mala gestión de los voluntarios y problemas en la ejecución de las actividades.
Además, una gestión inadecuada puede llevar a la desmotivación de los voluntarios y la pérdida de ellos.Y este es un camino muy transitado por los voluntarios: el desánimo, la falta de gestión y el desistimiento. Para la OSC, a menudo se deja decir que el voluntario no se compromete con el trabajo y entonces se crea un círculo vicioso, el voluntario desaparece por falta de gestión o la falta de gestión hace que el voluntario se vaya. Me atrevo a decir que la falta de cultura y estímulo en la sociedad para el voluntariado real y verdadero es uno de los principales problemas.
¿Y hay un voluntariado poco realista? Sí, hay algunos, por ejemplo: cuando desde la organización se finge que el voluntario está allí y él finge que lo hará; cuando son empresas que aprovechan el voluntariado; Cuando el trabajo se limita a donar dinero, solo por nombrar algunos.
La falta de cultura es un gran problema. En la mayoría de los medios de comunicación (no es el caso de Diario Responsable) sólo se habla del voluntariado en momentos puntuales como noticia, afortunadamente en la mayoría de los casos buenos, pero sigue siendo una noticia puntual. Tenemos que dejar de ser noticia puntual, para estar en la agenda cotidiana. Sería tan importante que la cultura se transfomre y se impregne de los valores de la solidaridad, el compromiso y el amor. Porque ante los prblemas más graves de la humanidad la salida es simepre colectiva.
La cultura del voluntariado y la solidaridad se refieren a los valores, actitudes y comportamientos de una sociedad que fomenta y promueve la participación activa de las personas en acciones de ayuda y apoyo a los demás, sin recibir remuneración económica a cambio.La cultura del voluntariado implica un compromiso con el bienestar y el desarrollo de la comunidad, así como la disposición para brindar tiempo, habilidades y recursos para contribuir al bien común. Este compromiso puede manifestarse en diversas formas, como la participación en organizaciones sin fines de lucro, el apoyo a causas sociales, la asistencia en eventos benéficos, la tutoría de estudiantes, el cuidado de personas necesitadas o el voluntariado en emergencias o desastres naturales.
La solidaridad, por su parte, es un valor fundamental en la cultura del voluntariado. Se basa en la empatía y la preocupación por los demás, especialmente por aquellos que están en situaciones de vulnerabilidad o necesidad. La solidaridad implica actuar de manera desinteresada y comprometerse con la justicia social, buscando reducir las desigualdades y promover la equidad en la sociedad.Es importante promover y fomentar la cultura del voluntariado y la solidaridad en todas las edades y sectores de la sociedad. Esto se puede lograr a través de la educación, la sensibilización, la creación de oportunidades de voluntariado, el reconocimiento y la valoración de las acciones solidarias, y la implementación de políticas que promuevan la participación ciudadana y el apoyo a las organizaciones sin fines de lucro.
Qué buen sueño es este, pero con posibilidades de ser real, ya que solo depende de nuestro esfuerzo para que esto suceda, no basta solo con la voluntad, tiene que tener sudor del esfuerzo, porque se necesita trabajo para cambiar una cultura o crear una nueva, pero cada cultura es creada por personas, por lo que necesitamos hacer crecer este número de personas hablando sobre el tema, mostrando sus ejemplos y haciéndolos resonar. El voluntariado, insisto, es un camino sin retorno para la mejora de nuestra sociedad, a través del cambio de comportamiento de las personas y con esto estas personas cambian la sociedad y la sociedad cambia, cambiamos el mundo.