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La contaminación del agua de los océanos, el problema del siglo

Medioambiente, sociedad y empresas: un enfoque integral y necesario que reduce la contaminación plástica de los océanos

Uno de los problemas medioambientales más apremiantes que debemos enfrentarnos en este siglo XXI es el relacionado con la contaminación plástica en los océanos.Durante décadas, el ser humano ha utilizado el mar como si este fuera un gran vertedero de basura lo que ha ocasionado una acumulación enorme de desechos que flotan o yacen en las profundidades y que afectan a todo el ecosistema marino.

Con la llegada de la Revolución Industrial a finales de siglo XVIII, hubo un aumento en la quema de combustibles fósiles los cuales se liberaron a la atmósfera creando gases de efecto invernadero, aumentando así la temperatura de la tierra y generando cambios climáticos. La elevada producción de plástico para satisfacer algunas de las necesidades humanas han contribuido a que el cambio climático se convierta en un gran problema para el planeta porque muchos de esos plásticos terminan en el mar. De acuerdo a un artículo publicado en 2021 por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente los plásticos representan el 85% de los desechos marinos. Y, la acumulación de ellos contamina el mar, haciendo que se intensifique el efecto invernadero y por tanto, se incremente el calentamiento global.

Los océanos son patrimonio común de la humanidad y esto significa que todos tenemos derecho a utilizarlos pero, también la obligación de protegerlos. En 1997 el oceanógrafo estadounidense Charles Moore descubrió la primera isla de plástico. Luego de ese gran descubrimiento, se encontraron 4 islas más lo que sin duda encendió las alarmas de que había que hacer algo al respecto.

Así fue entonces como comenzó un gran movimiento por parte de algunos sectores de la sociedad para frenar la contaminación y hoy más que nunca, diferentes iniciativas impactos social y medioambiental que cada vez ponen el foco en lo importante: el planeta, los océanos, la sociedad, abordando así diferentes ODS, como el ODS 14.

Los pescadores tradicionales son los que viven en primera persona la contaminación plástica. Hasta hace poco no se daba solución a las redes de pesca abandonadas en el Mediterráneo. Sin embargo, en algunos puertos de España se ha encontrado una salida al problema con la recolección de redes de pesca fantasmas. A través de un sistema de gestión de residuos plásticos ubicado en cada puerto para reciclar las redes de pesca, no solo se ha encontrado la forma de reciclarlas sino de dar solución a algo que no se estaba haciendo y que era tan necesario.

Pero, no solamente los pescadores han participado para hacer que la visión de tener un océano limpio se haga realidad. Empresas de distintos sectores industriales han decidido unirse a lo que sería una esperanza para salvar el planeta, ya que si la contaminación plástica sigue creciendo posiblemente para el 2050 haya más plástico en el mar que peces y para 2100, pues no sabremos.

La empresa de impacto social detrás de esta solución y movimiento que pretende lograr unos mares libres de plásticos es Gravity Wave. Gracias a su iniciativa ha creado un sistema de economía circular centrado en la recolección de las redes de pesca de mares y puertos, reciclaje, triturado y transformación de estos residuos en muebles sostenibles y de larga duración. En este proceso que da solución al problema de los océanos, involucra a otras empresas y agentes de cambio como MINI, Alain Afflelou, Viña Esmeralda, imagin, ISDIN, entre otras, para actuar de forma real y medible con el objetivo de frenar la huella plástica, agentes de la sociedad que entienden que es inmediato actuar y que no hacerlo representa un gran riesgo para toda la humanidad.

¿Qué fórmula necesitamos para hacer frente a la contaminación plástica en los océanos?

Un informe de la ONU, reveló que 300 millones de toneladas de residuos plásticos  genera la actividad humana cada año, de las cuales más de 8 millones de toneladas acaban en los océanos. Expertos en la materia han propuesto varias soluciones para mitigar el problema como reemplazar el  plástico por otros productos, reciclar los residuos plásticos, impulsar la economía circular y reintroducirlos a la cadena de la circularidad dándoles una segunda vida.

Sin duda, son soluciones que podemos implementar pero no debemos quedarnos ahí si lo que queremos es un mayor impacto. Para reducir la contaminación plástica en los océanos, es necesario abordar el problema desde diferentes ángulos, involucrando a la sociedad, empresas y gobiernos en soluciones sostenibles. Estas son algunas fórmulas para reducir la contaminación plástica en los océanos:

1. Educación y concienciación: A medida que el problema de la contaminación plástica en mares se va alargando en el tiempo, la población parece estar mucho más concienciada. Las nuevas generaciones presentan un espíritu mucho más comprometido con el medio ambiente. El interés que se ha despertado en estas generaciones por cuidar el planeta no es más que la urgencia que tenemos por salvarlo. Debido a esto se ve que hay una educación más amplia en cuanto al propio problema aunque todavía falta que la información sobre reciclaje y reutilización cale más en la población. Con otras palabras, todo el mundo conoce la gravedad del problema del plástico en nuestros océanos, sin embargo, debido a la desinformación, la gente no sabe cómo contribuir a la solución, por ejemplo, a través de técnicas de reciclaje.}

2. Reducción del consumo de plásticos: como se ha mencionado anteriormente, la materia plástica es el peor contaminante que se encuentra en nuestros mares y océanos. Es capaz de convertirse en partículas más pequeñas, microplásticos y, a día de hoy, se sigue sin conocer sus efectos, que posiblemente sean más que perjudiciales tanto para el ser humano como para el ecosistema marino. La verdadera solución a este problema es sin lugar a dudas “cerrar el grifo” tal como aseguran algunos expertos de la comunidad científica. Esto se debe a que no se está realizando un reciclaje adecuado y masivo de los plásticos y por tanto hay muchas probabilidades de que regresen al mar. Para mejorar esta situación las empresas y los gobiernos  juegan un papel fundamental. Por un lado, las empresas pueden ayudar a reducir la contaminación plástica, limitando el uso excesivo o sustituyendo el plástico por otros materiales sostenibles en el proceso de producción y distribución de sus productos. Por otro lado, las autoridades, tanto nacionales como internacionales. Un buen ejemplo de esto sería el nuevo Real Decreto Ley de Envases y Residuos de Envases que el gobierno español ha implantado para reducir en un 20% el consumo de botellas de plástico para 2030. Podría verse como un buen punto de inicio, pero se considera poco ambicioso. Realmente, y acorde con la línea de cerrar el grifo, se puede considerar que una medida efectiva sería dejar de producir plásticos de un solo uso, y plásticos virgen, y fomentar el reciclaje y transformación de los plásticos ya existentes para darles una segunda vida.

3. Gestión adecuada de residuos: Poniendo a España como ejemplo, la gestión de residuos se lleva a cabo por un monopolio de empresas que sólo reciclan en torno al 25% de los residuos existentes. Es por eso que, frente al reto tan grande que supone limpiar los océanos de plástico, una gran solución sería que todas las empresas dispuestas a contribuir y a aportar una solución factible deberían ser bienvenidas en el proceso de reciclaje de los residuos encontrados. Greenpeace señala que entre el 40% y el 50% de los materiales que la ciudadanía deposita en el contenedor amarillo es sistemáticamente rechazado en las plantas de clasificación de este monopolio y no pasa al circuito de reciclaje. Todos estos residuos son muy potenciales de acabar en el mar. También en una escala más pequeña, en centros privados o incluso en entidades de educación como universidades, hay testimonios que aseguran que las papeleras de reciclaje que tienen no cumplen su función y que luego todos los desperdicios acaban en el mismo sitio, mezclados y con muy poca probabilidad de ser separados y reciclados. Los problemas globales, necesitan de la ayuda de todos para poder ser resueltos, y más cuando nos estamos jugando el futuro del planeta que consideramos “hogar”.

4. Innovación tecnológica: Por último, y muy relevante tenemos el factor de la innovación tecnológica. España no se suele caracterizar por liderar las revoluciones industriales en las diferentes épocas. No obstante, el índice de la Economía y la Sociedad Digitales 2021 enmarca a España como el tercer país de la UE en conectividad y el séptimo en materia de servicios públicos digitales, con niveles muy superiores a la media europea. Esto demuestra que es nuestro momento para aplicar las nuevas tecnologías en los diferentes proyectos sostenibles que se van desarrollando. Por ejemplo, hay muchas marcas de bebidas que están haciendo sus envases de cartón. Eso es estupendo. Aunque es cierto que por dentro están recubiertos de varias capas de plástico que son muy complejas de despegar, lo que hace imposible su reciclaje. Entonces, ¿realmente hemos avanzado algo? Lo cierto es que a pasos muy cortos. Sería muy beneficioso que en esta parte se involucren tanto empresas como el gobierno en un ámbito de I+D y se comprometan a financiar y promover muchos proyectos enfocados en la materia de reducir el plástico que se genera.

Estos cuatro pilares son la base para poder empezar a trabajar sobre una solución efectiva y que toda la sociedad debería tener en cuenta para poder avanzar. Lo ideal sería que se pudieran aplicar los 4 a la vez para obtener unos resultados mayores y más positivos. Un buen ejemplo de cómo tener un enfoque integral en la misión de hacer de los océanos un lugar más saludable y con buenos resultados es Gravity Wave quien ha conseguido retirar y revalorizar más de 200.000kg de plástico del mar, gracias a la contribución de más de 95 empresas con las que colaboran y a los 5.000 pescadores que día tras día cuando salen a faenar ven el plástico y deciden actuar para que entre todos conseguir unos mares libres de plástico no sea un propósito, sino una realidad.

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