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Ángela - nombre ficticio - tenía 15 años cuando una oferta de trabajo llamó su atención. El empleo parecía ser la solución a todos sus problemas. Ofrecía un buen sueldo, no se requería experiencia y además era en otra localidad. Sin dudarlo, sin autorización de sus padres y sin avisar a nadie, emprendió el viaje hacia lo que creía que sería un futuro mejor. En realidad, esa oferta la llevó a un mundo de consumo de alcohol, violencia y explotación sexual comercial en un prostíbulo de la región del Beni de Bolivia, frecuentado por explotadores de oro y madera. ¿A qué nos referimos cuando hablamos de la trata de personas? Este delito consiste en captar, trasladar y acoger a una persona para explotarla.
Unidos y unidas para acabar con la trata de personas

Durante un año tuvo que soportar golpes, abusos y violaciones. Un operativo conjunto entre la policía, el ayuntamiento y la fiscalía la rescató de esa pesadilla, llevándola a un centro de acogida y comenzando su recuperación, estudiando y formándose para ser independiente económicamente y volver con su familia de forma segura.

En diciembre del 2020, cuando el mundo atravesaba una segunda ola de la pandemia COVID-19, el llamado Protocolo de Palermo de Naciones Unidas, que busca prevenir, sancionar y perseguir la trata de personas, cumplió 20 años. Este instrumento ha marcado la línea de acción global en la lucha y persecución de un delito tan complejo, multicausal y presente en todo el mundo como es la trata de personas. Sin embargo, el camino es largo y aún estamos lejos de acabar con esta lacra.

¿A qué nos referimos cuando hablamos de la trata de personas? Este delito consiste en captar, trasladar y acoger a una persona para explotarla. Es uno de los 3 delitos más lucrativos del mundo, ya que mueve anualmente 32.000 millones de dólares. Los datos de Naciones Unidas indican que en 2018 se detectaron unas 50.000 víctimas. Estas son las detectadas, pero expertos y organizaciones que luchamos contra la trata sabemos que hay muchísimas más. Y aunque la trata abarca más de 14 tipos de explotación, la sexual es la principal. De cada 10 víctimas, 8 son mujeres, por lo que este delito es un claro reflejo del sistema consumista y patriarcal en el que vivimos. Asimismo, la pandemia de la COVID-19 y su consecuente crisis económica ha sido aprovechada por los tratantes, que han visto en Internet una herramienta para sus delictivos fines. Los entornos digitales son, para adolescentes y jóvenes, un espacio de socialización, en el que buscan alguien que les comprenda y ayude. Por eso, las ofertas falsas de empleo, propuestas de apoyo económico y otro tipo de engaños han proliferado en la red.

Ante esta compleja realidad, desde Educo estamos llevando a cabo en Bolivia el Programa Tejiendo Redes Seguras – Protejeres, una iniciativa que cuenta con el apoyo de la cooperación española y que tiene como objetivo fortalecer sistemas integrales de protección frente a la trata de niñas, niños y adolescentes con fines de explotación sexual comercial. El proyecto se centra en acompañar a la infancia para que identifiquen los riesgos de la trata y se protejan de ellos. También se trabaja con la comunidad, para que esta sea corresponsable de su cuidado y protección y se promueve la investigación para visibilizar este problema, que es de todas y todos.

Garantizar la protección de la infancia es uno de los compromisos incluidos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Los países se comprometieron a cumplirlos para el año 2030. Sabemos que la eliminación de la trata de personas para esa fecha es imposible, pero creemos que hay que continuar trabajando día a día para que, en un futuro que esperemos sea cercano, se pueda eliminar globalmente esta triste realidad. Vivimos en un planeta compartido y eso significa que las problemáticas que hay en él también lo son. No podemos acabar con la trata de personas solos. Tenemos que trabajar conjuntamente, abordar esta problemática desde la raíz, con un enfoque en el que las administraciones públicas, las organizaciones, pero también las empresas, se coordinen y desarrollen proyectos juntos, en plena colaboración. Después de la irrupción de la COVID-19, el compromiso con los retos a los que nos enfrentamos ha adquirido más importancia. Desde Educo seguiremos trabajando para garantizar la protección de la infancia y acabar con la vulneración de sus derechos, para erradicar cuanto antes la trata de nuestra sociedad. Pero queremos seguir haciéndolo, contando con el compromiso de empresas dispuestas a trabajar conjuntamente por un mundo mejor, presente y futuro, para la infancia.

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