Este mes asistimos a la publicación de la versión definitiva de los nuevos estándares de reporte desarrollados por Global Reporting Initiative (GRI Standards), que marcan una continuidad respecto a la versión G4 de la metodología GRI, al focalizarse los cambios en la forma de presentar los contenidos, no en los propios requerimientos de información. Desde GRI se argumenta el cambio en la ventaja de poder contar con un set modular de estándares, que puedan actualizarse de manera separada sin la necesidad de un cambio integral de versión, como ha ocurrido en la transición entre anteriores versiones.
Los estándares quedan configurados en “universales” y “específicos por tema”. A la espera de la traducción al castellano, aquí nos encontramos con uno de los principales cambios semánticos, desaparece el binomio “topic/aspect”. Los estándares “universales” son tres, con el siguiente alcance: Principios (GRI 101), Contenidos básicos (GRI 102) y Enfoque de gestión (GRI 103); por su parte los “específicos por tema” suman un conjunto de 33, agrupados en tres series: económica (GRI 200), Ambiental (GRI 300) y social (GRI 400).
Se establecen tres tipos de contenidos en cada estándar: requerimientos obligatorios (con el verbo “shall”), recomendaciones para el reporte (referenciadas con “should”) y orientaciones (como “guidance”).
Si bien no existe cambio en la aplicación de los Principios y la máxima de focalizar el informe en aquellos temas que sean materiales (“material topics”), cabe destacar que los GRI Standards hacen mayor énfasis en correlacionar éstos con su listado de temas (en consecuencia de estándares); ello se acompaña de una mayor claridad en el concepto de límites, que claramente disipa la confusión generada al aplicar G4 en que los grupos de interés han venido siendo utilizados en muchos casos para responder a los límites externos por aspecto material. Queda claro que esos límites están compuestos por socios, entidades de la cadena de valor y otras vinculadas a las operaciones de la compañía. Para aquellos temas materiales que sean particulares, no correlacionados con alguno de los planteados por GRI, el requerimiento es al menos aportar la información sobre el enfoque de gestión (en que ahora se ubica el requerimiento de referenciar los límites internos y externos).
Más allá de los matices señalados en el párrafo anterior, de la reubicación de contenidos y la modificación de la nomenclatura, el otro titular lo arroja el hecho de que los suplementos sectoriales dejen de ser de aplicación obligatoria. En G4 dichas publicaciones debían ser consultadas en la preparación de los temas base sobre los que plantear la materialidad, con los GRI Standards pasan a ser una mera guía orientativa. A pesar de ello, me atrevo a hacer un llamamiento para que sus contenidos sigan siendo aplicados con el mismo rigor que hasta ahora, ya que a mi parecer constituyen una de las principales ventajas de GRI al momento de generar informes adaptados a las realidades de cada industria.
Respecto a la presentación, destaca que la tabla del Índice de contenidos GRI hasta ahora planteada pasa a ser orientativa, dejando libertad de formato a la compañía, así como la posibilidad de que pueda ser publicado el índice por separado del informe, siempre que esté a disposición pública.
Enfoquémonos en lo que no cambia, que permite a aquellas compañías ya reportantes con GRI G4, la posibilidad de realizar una suave transición. Se mantienen las opciones de conformidad: esencial y exhaustiva, así como los criterios para cumplir con cada una y las razones por omisión. Asimismo, la información de cada tema se solicita con una combinación de enfoque de gestión, ahora como GRI 103: Management Approach, y de los correspondientes indicadores, ahora contenidos del Topic-specific Standard relacionado.
Con un período de transición hasta julio de 2018, en que los GRI Standards pasaran a ser la única opción, las compañías se encuentran ante la disyuntiva de si apostar o no ellos. En el caso de aquellas que vayan a elaborar su informe de sustentabilidad por primera vez, considerando los requerimientos GRI, definitivamente deben apostar por la nueva “versión”. En caso de las que ya reportan con G4, donde pueda existir mayor duda, láncense también. Como explicaba, los cambios no son especialmente drásticos y facilitan la configuración de los mecanismos de recopilación y estructura de las publicaciones ya con miras de futuro. Identifique sus piezas y ¡adelante con el puzzle!