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Si tengo más dificultades que antes para mantener mi nivel de vida, ¿por qué voy a renunciar a ciertas aficiones o deseos si puedo cambiar mi forma de disfrutarlo, sin renunciar a ello?

Recientemente leía un artículo en la Vanguardia sobre la situación de la clase media en EEUU, titulado  "El declive del pilar de los EUA". Artículo de recomendable lectura. Mientras leía las conclusiones del mismo, en mi mente se asociaban automáticamente algunas de las consecuencias de este "movimiento de clases" con la aparición de algunas tendencias económicas recientes e imparables como es la economía colaborativa.

El goteo de noticias y ejemplos alrededor de su evolución es incesante y para muestra una pequeña nota aparecida en la Vanguardia del día 30 de diciembre (adjunto el link al tweet que compartí en su momento), en la cual se afirmaba lo siguiente:

"3 de cada 4 consumidores han probado la economía colaborativa... y el 69% ha mostrado su intención de repetir tras catalogar su experiencia como muy positiva"

Dos datos de gran relevancia:

  • Un 75% de los consumidores ya lo han probado (lo que nos da una idea de como se está propagando esta nueva filosofía de uso y disfrute)
  • Un 69% califica la experiencia como muy positiva. En un momento, en el que la gestión de la experiencia del cliente está llamado a ser el nuevo santo grial de la estrategia de las empresas, no creo que haya muchas empresas o sectores que gocen de tal nivel de satisfacción en la experiencia del cliente.

Retomando el argumento inicial del post, me parece interesante hacer una breve exposición de los argumentos indicados en el citado artículo y para ello acudiré al detallado análisis de Pew Research Center, cuyo artículo adjunto y recomiendo su lectura.

En primer lugar se establece una definición de lo que ellos entienden como clase media, para a continuación exponer los argumentos del porque de este declive. Los datos son abrumadores.

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Desde 1971 hasta 2015, el porcentaje de adultos con un nivel de ingresos familiares medios ha caído en 11 puntos. Las clases bajas han aumentado en 4 puntos y las clases altas en 6 puntos. 

La desigualdad está aumentando. Los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres.  Aunque para no ser tan dramático, lo podemos decir de otro modo: cada vez las clases medias tienen más dificultades para mantener su nivel de vida. ¿Seguro que no hace falta cruzar el Atlántico para sentirse identificado con esta realidad, verdad? 

El viejo cuento de que la nuevas generaciones viven mejor que la anterior es un mito que ha caído y a medio plazo es muy poco probable que se pueda revertir esta tendencia. Desde luego no lo hará si dejamos que el mercado se ajuste por si solo. Hay un dato que es evidente: la capacidad de generar riqueza depende en gran medida de tus recursos presentes y  de los retornos financieros que esa riqueza actual te pueda generar.

En este sentido adjunto un gráfico, extraído de una excelente charla de Thomas Piketty en TED talks que recomiendo ver encarecidamente (al final del post, os adjunto el video). Lo que nos viene  a decir es que la creciente desigualdad se incrementa con el paso del tiempo y que ésta tiene que ver con una sencilla realidad: la tasa de retorno del capital es superior a la tasa de crecimiento de la economía.

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Si tenemos presente el efecto de la capitalización sobre la rentabilidad del capital en activos financieros, podemos entender claramente que ese GAP seguirá creciendo año tras año. Es decir, el mercado por si solo no va a ajustar esta desigualdad.

Volviendo al estudio de Pew Research Center, veamos un ejemplo actual sobre esa realidad económica en la primera potencia del mundo. Si nos fijamos en los datos del segundo gráfico, vemos que desde 1983 hasta 2013 el GAP de riqueza acumulada se ha disparado entre las clases medias y altas. En promedio, las clases altas han doblado su nivel de riqueza, mientras que las clases medias están prácticamente al mismo nivel del año 1983.

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Después de todo lo expuesto, creo que podemos entender con claridad el porque de la explosión de la economía colaborativa.  Si tengo más dificultades que antes para mantener mi nivel de vida, ¿porque voy a renunciar a ciertas aficiones, deseos, caprichos, ...... si puedo cambiar mi forma de disfrutar pero sin renunciar a ello?

Soy un firme convencido de que el desarrollo actual de la economía colaborativa no es más que una gota en el océano que está por llegar. Es imparable y sin duda alguna requerirá seguir avanzando en su regulación para normalizar y dar seguridad a todos los participantes. Y lo mejor de todo ello, es que esta  nueva forma de uso y disfrute (en muchos casos buscado, en otros no) está provocando una nueva forma de consumo más responsable.

Para argumentar el porque de este convencimiento, podría encontrar muchas noticias, pero te dejo un enlace a una que he leído recientemente sobre uno de los emblemas de la economía colaborativa: Airbnb se ha convertido en una amenaza real para el negocio hotelero en grandes ciudades de EEUU

Antes de irte, te dejo a continuación una charla de Thomas Piketty en TED Talks. Si quieres profundizar en su visión de la economía de las desigualdades, te lo recomiendo. Dura 20 minutos, así que si ahora no dispones de tiempo, mejor que lo guardes para poder visualizar más tarde con la tranquilidad que merece. Video aquí .

Imagen cabecera _ fuente: Flickr, Eric  

 http://elinversorpaciente.com/ 

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