
A pocos días del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la Fundación Adecco ha presentado, junto a 18 empresas colaboradoras, la 13ª edición de su informe anual Violencia de género y empleo. Según informa la entidad, el estudio pone el foco en cómo la situación laboral influye en la capacidad de las mujeres para salir de un contexto de violencia, sin olvidar que la responsabilidad recae siempre en el agresor, no en la víctima ni en sus circunstancias.
El análisis parte de las voces de 490 mujeres que están reconstruyendo su vida tras sufrir violencia de género. De ellas, un 53% sigue buscando empleo como paso clave hacia su autonomía, mientras que el 47% ya ha logrado incorporarse al mercado laboral.
El informe detalla que en 2024 se registraron 199.094 denuncias por violencia de género en España, una cifra casi idéntica a la del año anterior, lo que supone una estabilización tras varios incrementos consecutivos. Andalucía encabeza el número de casos, seguida de la Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana y Cataluña.
En algunas autonomías, como Navarra, Madrid, Castilla-La Mancha, País Vasco y Cataluña, las denuncias incluso aumentaron. Para la Fundación Adecco, estas variaciones pueden reflejar tanto mayor sensibilización social como desigualdades territoriales en el acceso a recursos de protección. Además, según datos del INE citados por la organización, 34.684 mujeres cuentan actualmente con una orden de protección o medida cautelar, y 1.758 menores también aparecen como víctimas directas en estos procedimientos.
Una de las conclusiones más contundentes del estudio es que el 67,8% de las mujeres no tenía trabajo cuando comenzaron las agresiones. La falta de ingresos propios se convierte en una trampa que limita la salida del ciclo de violencia.
El 91% de las encuestadas asegura sentirse más vulnerable y aislada cuando está desempleada. Y no solo en el plano emocional: el 68% reconoce haber sufrido presiones o amenazas económicas relacionadas con su falta de ingresos, desde el control del dinero del hogar hasta el boicot directo a la búsqueda de empleo. Tal y como explica Begoña Bravo, directora de Inclusión de la Fundación Adecco, “el empleo es mucho más que un salario: supone dignidad, autonomía y una vía real para retomar el control sobre la propia vida”.
Incluso cuando intentan incorporarse al mercado laboral, las mujeres víctimas se enfrentan a una doble barrera: la que afecta al conjunto de mujeres y la derivada de la violencia sufrida. Casi la mitad (49%) lleva más de un año buscando empleo sin éxito. Entre los frenos más habituales destacan:
A esto se suma el estigma: tres de cada cuatro mujeres prefieren no mencionar la violencia sufrida en una entrevista, por temor a prejuicios que aún circulan en el entorno laboral.
Cuando logran acceder a un puesto, los efectos son evidentes. El 72% de las mujeres que ya trabajan considera que el empleo reduce la probabilidad de recaer en una situación de violencia, al mejorar su autoestima, su independencia económica y sus redes de apoyo.
La Fundación Adecco destaca que estas mujeres muestran una elevada motivación, compromiso y fidelidad a los proyectos empresariales. “Reconocer ese valor añadido es fundamental para avanzar hacia entornos laborales más inclusivos”, subraya la entidad.
El informe también recuerda que la Fundación Adecco desarrolla el programa #EmpleoParaTodas, que el último año acompañó a 1.228 mujeres en itinerarios personalizados de formación, orientación y acceso al empleo. El objetivo, insisten, es que el empleo se convierta en un pilar para la recuperación y no en un obstáculo más.
***Puedes acceder al informe completo: Aquí