
Madrid ha sido escenario de un debate fundamental sobre el papel de la ciudadanía en el diseño y desarrollo de las ciudades. En el marco del Urban October impulsado por ONU-Habitat, Crea Madrid Nuevo Norte y ULI España organizaron la primera edición de la jornada “Participación ciudadana en el urbanismo: una oportunidad para todos”, con el objetivo de analizar cómo la colaboración con los vecinos y vecinas puede transformar los proyectos urbanos en modelos más sostenibles, inclusivos y coherentes.
Durante el encuentro, Crea Madrid Nuevo Norte compartió su experiencia pionera en la implantación de una estrategia de participación ciudadana continuada desde el origen del proyecto, hace ya nueve años. Según informa la compañía, más de 35.000 personas han participado a lo largo de las distintas fases de Madrid Nuevo Norte, convirtiéndolo en un referente de urbanismo participativo. Todo este proceso ha sido recopilado en una publicación disponible en su página web (creamadridnuevonorte.com/participacion-ciudadana/).
En la inauguración, Álvaro Aresti, presidente de Crea Madrid Nuevo Norte, subrayó que “el futuro de las ciudades ya no puede construirse en despachos a puerta cerrada, sino de la mano de sus ciudadanos”. Aresti insistió en que los procesos participativos aportan “un enorme valor a los proyectos, no solo porque se fortalecen gracias al consenso, sino porque las aportaciones de la gente los mejoran”.
Por su parte, Jorge Pérez de Leza, presidente de ULI España, destacó que “el futuro urbano no se improvisa, se planifica, se gestiona y se comparte”. A su juicio, el urbanismo del siglo XXI debe centrarse en “crecer mejor y no solo más”, apostando por una gestión inteligente del territorio que promueva “ciudades vitales, innovadoras y resilientes”.
La jornada contó también con la participación del prestigioso urbanista Ricky Burdett, director de LSE Cities, quien ofreció una ponencia sobre los retos que afrontan las ciudades contemporáneas. Burdett señaló que las transformaciones urbanas exitosas comparten principios como la conectividad entre barrios, los usos mixtos del suelo, la accesibilidad mediante transporte público, una densificación equilibrada y, sobre todo, la implicación activa de la ciudadanía.
El programa incluyó tres mesas de debate centradas en buenas prácticas y en la dimensión inclusiva del urbanismo. En la primera, dedicada a proyectos inspiradores, participaron responsables de iniciativas en Hamburgo, Londres y Madrid, quienes compartieron experiencias sobre cómo integrar la participación vecinal desde el diseño hasta la ejecución.
La segunda mesa, “Urbanismo inclusivo: diseñar ciudades para todas las personas”, abordó la necesidad de planificar espacios urbanos que respondan a las distintas realidades sociales. Expertas de la Fundación Juan XXIII, UNICEF España y la Universidad Politécnica de Madrid coincidieron en que la perspectiva de género, la infancia y la diversidad funcional deben formar parte estructural del planeamiento.
En la última sesión, se debatieron los beneficios y desafíos de los procesos participativos en proyectos públicos y privados. Entre las conclusiones, se destacó que la participación ciudadana mejora la legitimidad de las decisiones, fomenta la corresponsabilidad y permite construir entornos urbanos más sostenibles y habitables.
La representante de ONU-Habitat España, Ana Beatriz Jordao, cerró el encuentro recordando que “las auténticas ciudades inteligentes no son las que más tecnología emplean, sino las que aprovechan la inteligencia colectiva, escuchan a sus ciudadanos y los convierten en coautores de su futuro urbano”.