
La acuicultura no solo se presenta como un complemento a la pesca convencional, sino que se consolida como un sector estratégico para alcanzar los objetivos de seguridad alimentaria, desarrollo rural y lucha contra el cambio climático. A nivel mundial, más del 50 % del pescado que se consume proviene de la acuicultura, según la FAO. Este hito refleja una transformación profunda: cada vez más países apuestan por modelos de cultivo sostenibles que garanticen el suministro de proteínas saludables sin sobreexplotar los ecosistemas naturales.
España, líder europeo en producción y sostenibilidad
En España, la acuicultura es una actividad estratégica no solo desde el punto de vista económico, sino también territorial y social. El sector genera empleo en zonas costeras y rurales de interior, contribuye a fijar población en áreas despobladas y ofrece alimentos de alto valor nutricional con un bajo impacto ambiental.
Según los datos más recientes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), en 2024 la producción española de acuicultura alcanzó las 266.000 toneladas, situándose como el primer productor de la Unión Europea.
Las empresas del sector apuestan por tecnologías más limpias, mejoras en el bienestar animal, reducción de la huella de carbono y sistemas de trazabilidad integral que garantizan transparencia desde el origen hasta el consumidor final. Actualmente, el 98 % de la producción nacional de peces de acuicultura cuenta con certificación ambiental, y más del 80 % de las empresas utiliza energía solar o renovable en alguna fase de su proceso productivo.
Sin embargo, a pesar de estos logros, la percepción sobre la acuicultura no siempre ha estado alineada con su realidad. Persisten ciertos prejuicios que no responden a datos objetivos, sino a narrativas basadas más en la desinformación que en datos científicos. Para revertir estas percepciones, la comunicación y la educación se convierten en herramientas clave para acercar a la ciudadanía una visión rigurosa y positiva de esta actividad que aprovecha de forma responsable los recursos de mares y ríos.
La verdadera suerte: accesibilidad, sostenibilidad y compromiso
En este sentido, resulta especialmente relevante la campaña “Pescado para todos, la verdadera suerte”, impulsada por APROMAR dentro del proyecto Acuicultura de España, con el apoyo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y cofinanciada por la Unión Europea.
Esta iniciativa pone el foco en tres conceptos esenciales: accesibilidad, sostenibilidad y calidad. Su mensaje es claro: en un mundo donde no todos tienen garantizado el acceso a alimentos saludables, seguros y sostenibles, la verdadera suerte es poder contar con pescado procedente de la acuicultura, una actividad que cuida el medioambiente, impulsa la innovación y respeta altos estándares de bienestar animal.
Dentro de esta campaña destaca una acción de comunicación desarrollada en el Mercado de la Paz de Madrid, donde los clientes se encontraron con mostradores casi vacíos, largas colas y raciones mínimas. No se trataba de un fallo de suministro, sino de una representación simbólica de lo que ocurriría en un mundo sin acuicultura.
Con esta iniciativa, APROMAR quiso poner en valor una realidad que a menudo se da por sentada: la posibilidad de disfrutar de pescado fresco a diario. Una “suerte” que hoy tenemos gracias a la acuicultura española, que garantiza alimentos de calidad, saludables y seguros.
En definitiva, en un mundo sin acuicultura comer pescado sería un privilegio; en el nuestro, la verdadera suerte es poder hacerlo de manera sostenible, gracias al trabajo de quienes cultivan en mares y ríos.