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La tecnología avanza, pero no siempre lo hace para todos por igual. Para muchas personas con discapacidad, el acceso y uso de herramientas digitales sigue siendo una carrera de fondo.
Romper la brecha digital es una misión urgente para la inclusión de las personas con discapacidad

Tal y como muestran los datos del informe La inteligencia artificial desde la perspectiva de las personas con discapacidad, elaborado por Fundación Randstad y Randstad Research, en 2024, que afirman que, aunque el 79% de las personas con discapacidad afirma conocer la inteligencia artificial (IA), solo el 17% la utiliza. Esta diferencia revela una brecha digital profunda, alimentada por la falta de formación, el desconocimiento práctico y la percepción de que la tecnología no responde a sus necesidades reales.

Pero esto no es todo. El estudio también apunta que más allá del acceso técnico, el 58% teme que la IA pueda agravar la brecha digital, y un 56% cree que podría sustituir empleos ocupados por personas con discapacidad. A esto se suma que el 35% expresa preocupaciones sobre la privacidad y la seguridad; y un 28% señala la falta de recursos económicos como un obstáculo para adoptar estas tecnologías. La afirmación más repetida entre quienes conocen la IA pero no la usan es: “La IA puede ser útil, pero no sé cómo utilizarla”.

Esta desconexión entre el potencial de la tecnología y su aplicación práctica limita las oportunidades de desarrollo personal y profesional para miles de personas. La falta de conocimiento (54%) y de formación (50%) se sitúan como las principales barreras para la adopción de la IA, seguidas por la falta de accesibilidad (22%) y el coste elevado (14%). A pesar de ello, el 82% de las personas con discapacidad mantiene una actitud positiva hacia la tecnología, y el 68% expresa interés en aprender más sobre IA.

Conscientes de la urgencia de cerrar esta brecha digital, desde Fundación Randstad lanzamos el programa Brecha Digital en 2021, una iniciativa con la que hemos formado a 776 personas con discapacidad en competencias digitales en los últimos cuatro años y medio. Gracias a esta formación, el 91% de los participantes han finalizado con éxito el programa, y 131 han sido integrados en empresas, demostrando que el acceso a la tecnología puede transformar vidas.

Nuestro compromiso con la sostenibilidad también se refleja en este proyecto. A través de la reutilización de ordenadores, hemos reducido la huella de carbono en más de 33.607 toneladas de CO₂. Desde su inicio, hemos recibido 1.362 equipos informáticos de empresas colaboradoras, de los cuales 675 han sido entregados a personas con discapacidad, facilitando su acceso a la tecnología y acelerando su búsqueda de empleo.

Este impacto no sería posible sin el esfuerzo de los más de 423 voluntarios que han participado en el programa, ofreciendo acompañamiento, formación y apoyo personalizado. Su labor ha sido clave para incentivar el uso de la tecnología y fomentar el desarrollo de competencias digitales entre los participantes.

En Fundación Randstad creemos firmemente que la tecnología debe ser accesible para todos y que la brecha digital no puede seguir siendo un obstáculo para la inclusión. Por eso, seguiremos trabajando para que cada persona con discapacidad tenga las herramientas, el conocimiento y el acompañamiento necesarios para aprovechar todo el potencial de la era digital y mejorar así su empleabilidad.

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