El cambio climático pone en jaque la producción global de alimentos, y una nueva herramienta lanzada por la FAO viene a confirmar lo que muchos temían: el futuro de varios cultivos básicos está en riesgo. Según informa la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), su aplicación geoespacial Mapa-ABC ha sido actualizada con un indicador clave que permite prever cómo afectarán los cambios climáticos a la aptitud de las tierras para el cultivo de productos esenciales como el trigo, el café, el frijol, la yuca o el plátano.
Los datos son contundentes: hasta la mitad de las zonas más adecuadas para estos cultivos podrían desaparecer antes del año 2100 si continúan las actuales tendencias de emisiones y calentamiento global. El nuevo indicador, basado en hipótesis climáticas cambiantes, analiza el potencial agrícola de cada zona y lanza una señal clara: urge adaptar las políticas agroalimentarias.
El Mapa-ABC, de acceso libre y sustentado en imágenes satelitales a través de Google Earth Engine, permite a responsables políticos, técnicos y profesionales del sector evaluar riesgos climáticos, biodiversidad y capacidad de captura de carbono de proyectos agrícolas en cualquier parte del mundo.
“El nuevo indicador nos da una visión del futuro que no podemos ignorar”, asegura Martial Bernoux, Oficial superior de recursos naturales en la FAO. “Cada vez hay más fenómenos extremos como sequías e inundaciones, por lo que es clave que agricultores y decisores tengan información anticipada para adaptar cultivos e inversiones”.
Cultivos en retroceso
El nuevo desarrollo se basa en un estudio impulsado por la empresa tecnológica Finres para el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), con financiación de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD). La investigación, titulada “Have crops already reached peak suitability?”, analiza las proyecciones de idoneidad climática y concluye que cinco de los nueve cultivos más importantes del mundo ya están perdiendo condiciones óptimas de crecimiento.
El café podría ver reducida su producción drásticamente en regiones líderes como Brasil, Vietnam o Indonesia. Algo similar ocurriría con el frijol y el trigo en áreas clave de América del Norte y Europa. Aunque el estudio señala que algunos cultivos como el maíz y el arroz podrían expandirse en ciertas zonas, este posible beneficio sería temporal y se revertiría bajo escenarios de altas emisiones.
El Mapa-ABC organiza su información en tres áreas: adaptación, biodiversidad y carbono. Hasta ahora, la sección de adaptación solo ofrecía datos históricos, pero con la nueva actualización incorpora proyecciones futuras hasta el año 2100, considerando dos escenarios climáticos distintos.
El usuario puede introducir una ubicación específica, seleccionar uno de los 30 cultivos disponibles, y recibir un análisis detallado de la idoneidad del terreno a lo largo de varias décadas. En 2025, se prevé añadir nuevos indicadores como el estrés térmico del ganado y las necesidades hídricas de los cultivos, lo que hará que la herramienta sea aún más completa.
Apoyo a políticas públicas más resilientes
El Mapa-ABC, operativo desde 2024, forma parte del paquete de herramientas del Plan de Acción Nacional sobre Agricultura, Alimentación y Clima presentado durante la COP28. Su propósito es claro: fortalecer las capacidades de los gobiernos para planificar políticas agroalimentarias sostenibles frente al cambio climático y facilitar el cumplimiento de los compromisos internacionales adquiridos en los acuerdos de Río.
Como destaca la FAO, esta herramienta no solo ayuda a identificar riesgos, sino que también permite evaluar sinergias y compensaciones entre adaptación, mitigación y protección de la biodiversidad. Con este tipo de tecnología accesible, la comunidad internacional dispone de información crucial para evitar un futuro en el que la seguridad alimentaria se vea seriamente comprometida.